La primera ministra británica, Theresa May, prometió este jueves que los ciudadanos de la Unión Europea residiendo en Reino Unido podrán continuar tras el Brexit, pero rechazó el deseo de Bruselas de que la justicia europea supervise sus derechos.

Durante una cena de trabajo con sus pares europeos en Bruselas, May expresó “un compromiso claro de que a ningún ciudadano de la UE actualmente en Reino Unido de manera legal se le pedirá abandonar el país en el momento en que Reino Unido abandone la UE”, explicó una fuente del gobierno británico.

Garantizar los derechos de los ciudadanos europeos en Reino Unido tras el Brexit es una de las prioridades de la UE que Londres aceptó negociar en primer lugar, antes de empezar a discutir sobre un acuerdo de libre comercio entre ambos, deseado por el gobierno británico.

Tras más de 40 años de unión a ambos lados del canal de la Mancha, más de tres millones de ciudadanos de la UE viven en Reino Unido y alrededor de un millón de británicos residen en el resto de países del bloque, la mayoría en España.

Como ya había avanzado, la primera ministra presentó a sus pares lo que calificó de “justa y seria” oferta sobre la protección de derechos de los ciudadanos viviendo en Reino Unido, cuyo futuro se cubrió de incertidumbre tras la victoria del Brexit en el referéndum hace un año.

Sin embargo, May, que lucha por mantener su autoridad en Reino Unido tras perder la mayoría absoluta en unos comicios anticipados, también expuso parte de sus planes que chocan con los deseos de los 27.

Concretamente, la primera ministra conservadora rechaza que el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) sea el encargado de resolver los litigios sobre los derechos de los ciudadanos europeos tras el Brexit, frente a la posición de Bruselas de que tenga la “jurisdicción completa”.

Sólo “nuestros muy respetables tribunales” podrán resolver estos diferendos, indicó May, según esta fuente. De cumplirse los plazos, la salida de Reino Unido de la UE está prevista en en marzo de 2019.