Los franceses votaban este domingo en la segunda vuelta de legislativas, en la que el movimiento del presidente centrista Emmanuel Macron se encamina a una mayoría absoluta bienvenida para aplicar sus reformas pero que podría verse empañada por una alta abstención.

Los analistas vaticinan una victoria contundente de La República en Marcha (LREM), el movimiento de Emmanuel Macron, que con 39 años se convirtió hace un mes en el presidente más joven de la historia de Francia, tras derrotar a la candidata de extrema derecha Marine Le Pen.

Según las últimas proyecciones, este movimiento creado hace apenas un año barrería a los principales partidos históricos franceses de izquierda y derecha, alcanzando entre 400 a 470 escaños, muy por encima de la mayoría absoluta de 289.

De confirmarse los pronósticos, la ola de renovación en la Asamblea Nacional será inédita ya que la mitad de los candidatos de La República en Marcha no han ocupado nunca cargos electos. A esto se suma que habrá muchos más jóvenes y mujeres, y una mayor diversidad étnica.

Con estos resultados, Macron tendría la vía libre para aplicar sin obstáculos su programa de reformas económicas con el que espera sacar a Francia del estancamiento.

Pero las elecciones pueden verse empañadas por un índice récord de abstención en este tipo de comicios. A media tarde la participación era de 35,33%, en fuerte baja en comparación con el 40,75% a la misma hora en la primera ronda del domingo pasado.

Se debe, según los politólogos, al hartazgo de una larga secuencia electoral que comenzó en noviembre con primarias en la derecha.

“La gente quizá piense que está decidido de antemano, pero hay que ir a votar”, estimó Marie-Claude Biandell, de 58 años.

Más de 47 millones de electores deben elegir entre los 1.146 candidatos aún en liza, que se disputarán uno de los 573 escaños aún en juego del total de 577 que cuenta la Asamblea Nacional. Cuatro aspirantes a diputados fueron ya designados en la primera ronda del 11 de junio.

Los colegios electorales cerrarán a las 20:00 horas locales en las grandes ciudades. Parte de los franceses que viven en los territorios de ultramar y en el extranjero votaron el sábado.

Emmanuel Macron, muy sonriente, votó por la mañana en la localidad balneario de Touquet, donde posee una casa con su esposa Brigitte que este domingo no le acompañó.

LREM y su aliado centrista MoDem arrasaron el domingo pasado en la primera vuelta, con 32,2% de los sufragios emitidos, muy por delante de la derecha (21,5%), la extrema derecha (13,2%), la izquierda radical (13,7%) y el Partido Socialista (9,5%).

“La gente está harta de ver siempre a los mismos”, estimó Natacha Dumay, una profesora de 59 años de un suburbio de la capital.

Revés para los partidos tradicionales

La principal preocupación para los analistas es la probable ausencia de un contrapeso político a Macron, lo que ha llevado a algunos a predecir que la oposición podría verse en las calles.

Según los sondeos, las dos grandes formaciones políticas tradicionales que se alternaban en el poder desde hace décadas, el Partido Socialista (PS) y los conservadores reunidos bajo el nombre de Los Republicanos (LR), sufrirán un duro revés.

En particular los socialistas, hasta ahora con mayoría en la Asamblea Nacional, que se desmoronan tras el impopular gobierno de François Hollande, marcado por el desempleo y los atentados yihadistas.

La derecha también saldrá malparada -según las encuestas- aunque se mantendría como primera fuerza opositora.

Tampoco se augura un resultado boyante al ultraderechista Frente Nacional de Marine Le Pen ni a la izquierda radical encabezada por Jean-Luc Mélenchon, que no lograrían capitalizar los buenos resultados de las elecciones presidenciales.

El primero sólo obtendría entre 1 y 5 escaños, mientras que el segundo espera lograr los 15 diputados necesarios para formar un grupo parlamentario.

Pese al revés anunciado para su partido, Marine Le Pen, candidata en su feudo Hénin-Beaumont, en el norte, podría convertirse por primera vez en diputada. Encara la segunda ronda como favorita frente a una candidata de LREM.

Para el profesor de Derecho Constitucional Didier Maus, “se tiró con todo lo que representaba un sistema anterior y se está intentando otra cosa”. Estas elecciones desembocarán en “la mayor renovación del elenco político desde 1958 y quizá 1945”.