Una mujer austriaca descubrió -cuando tenía 22 años- que fue cambiada por otro bebé pocas horas después de nacer. Actualmente tiene 26 años y la justicia de su país se pronunció a su favor.

El hecho sucedió en una clínica de Graz, en el sur de Austria. El recinto fue condenado a pagar un total de 90.000 euros de daños y perjuicios a la afectada y sus padres.

El impacto

En 2014, Doris se hizo un análisis de sangre y descubrió que su grupo sanguíneo no correspondía con el de sus documentos de nacimiento.

Posteriormente, pruebas médicas y de ADN confirmaron que no era la hija genética de su madre.

“Fue una conmoción inmensa para mi y para mi hija”, dijo la madre, Evelin Grünwald, en una entrevista en 2016 al periódico Krone.

“Pero desde el primer momento supimos que nada podía separarnos, que seguiríamos siendo madre e hija. Esta niña es lo mejor que me ha ocurrido”, añadió.

“Para mi fue mucho peor que para mi madre”, dijo por su parte su hija Doris. “Todo mi cuerpo empezó a temblar. Era como si el suelo se hundiera bajo mis pies”, agregó.

La clínica universitaria de Graz, donde nació la niña, lanzó en ese entonces un llamado a las mujeres que dieron a luz a una niña entre el 15 de octubre y el 20 de noviembre de 1990 —unas 200 según sus cálculos— para que se hicieran un test de ADN.

Pero los tests, a los que solo acudieron unas 30 personas, no lograron identificar a la verdadera madre de la joven.

La justicia consideró que el intercambio de bebés ocurrió en las primeras horas de vida, algo que la clínica ha negado.