Algunos testigos del atentado del sábado en Borough Market, en Londres, se jugaron la vida tratando de contener a los atacantes utilizando lo que tenían a mano.

Gerard Vowls, de 47 años, que había estado viendo la final de la Champions League de fútbol en el pub Ship, explicó a The Guardian que vio cómo apuñalaban a una mujer entre 10 y 15 veces.

“Decía ‘ayudadme’, ‘ayudadme’, y no pude hacer nada”, lamentó. Vowls lanzó sillas, vasos y botellas a los agresores para tratar de alejarlos de la mujer.

“Venían una y otra vez a acuchillarme”, narró. “Sé que lo que hice fue insensato, pero trataba de salvar vidas”, dijo.

“Si hubiera resbalado estaría muerto, me hubieran matado”, añadió.

“Quiero saber si la mujer está bien. Llevo una hora y media dando vueltas llorando, no sé qué hacer”, apostilló Vowls, conmovido.

El taxista Chris estaba en el puente (el London bridge) cuando los autores del atentado atropellaron a la gente con su furgoneta blanca, antes de dirigirse hacia los bares de la zona armados de cuchillos.

“Vi cómo apuñalaban a una chica en el pecho”, dijo a la radio LBC.

“Le dije al tipo que había en mi taxi que iba a tratar de golpear” a uno de los atacantes. “Iba a tratar de arrollarlo. Giré y lo intenté, pero me esquivó”, explicó.

Eficacia policial

Los tres atacantes acabaron abatidos, no sin antes matar a siete personas y herir a unas 50.

Florin, un trabajador rumano de una panadería de la zona difundió un video en el que se lo ve armado con un palo yendo de un lado a otro en Borough Market, gritando insultos irreproducibles y explicando a sus compañeros que le estampó una canasta en la cabeza a uno de los atacantes.

“¡Le pegué con una canasta en la cabeza, rompí la canasta en su cabeza!”, grita Florin. “¡Quedó aturdido!”. “Vaya cuchilladas que asestó a un hombre, Dios mío”, lamentaba en la grabación.

Un taxista, Aksha Patel, dijo a Sky News que una pasajera suya le explicó que había bloqueado con su cuerpo la puerta del restaurante Black and Blue para impedir la entrada de un atacante, el tiempo suficiente para permitir que la gente saliera por la puerta de atrás, hasta que finalmente tuvo que ceder y salir corriendo.

“La gente logró escapar por la puerta trasera, salvando así unas 20 vidas”, dijo el taxista, citando a la mujer.

Honesto fue el gesto de Richard Angell, que volvió este domingo a pagar la cuenta y a dejar propina en el restaurante del que salió huyendo. “Tenía que pagar la cuenta”, explicó a Buzzfeed News. “Además, no dejé propina, y nos cuidaron cuando tenían que haber estado cuidando de sí mismos”, añadió.

Lewis Bennet, de 39 años, narró la efectividad de la policía al acabar con uno de los atacantes. En tan sólo 8 minutos desde que recibieron el primer aviso, los oficiales persiguieron y mataron a los tres autores del atentado.

Bennet estaba en un pub de la zona, según su narración al diario The Guardian.

“Al principio el atacante no hizo nada, se quedó ahí de pie durante unos 10 segundos”, dijo Bennet del agresor que entró en su pub.

“Pero entonces agarró el cuchillo y empezó a apuñalar a la gente que tenía cerca. Acuchillaba a la gente en el estómago y las piernas“, acotó.

“Gritaba ‘Alá es grande’, ‘Alá es grande’, tenía acento británico”, continuó Bennet.

Dos policías entraron por la puerta trasera. El atacante se abalanzó sobre uno de los dos, pero su compañero se arrodilló y disparó dos tiros que acabaron con el agresor.

“Murió ahí, en el suelo del pub”, explicó.