Fiero antagonista de los conservadores en el poder en España, Pedro Sánchez reconquistó este domingo el cargo de secretario general del Partido Socialista español (PSOE), sembrando dudas sobre la estabilidad del gobierno minoritario de Mariano Rajoy.

Siete meses después de haber sido defenestrado por la directiva del partido, Sánchez retoma las riendas del primer partido de oposición en España con un claro triunfo en las primarias del domingo, con el 50,21% de los votos frente al 39,94% de su principal rival, la presidenta regional de Andalucía, Susana Díaz, con prácticamente el total de las papeletas escrutadas.

“El Partido Socialista va a ser una oposición útil, en defensa de la mayoría que está hastiada de la corrupción del Partido Popular y que sufre la precariedad laboral y los recortes” económicos, prometió Sánchez en sus primeras palabras tras su espectacular regreso.

“Aquí esta el PSOE, aquí esta la izquierda”, subrayó Sánchez.

En la agria campaña que lo enfrentó a Díaz, apoyada por el aparato del partido, Sánchez prometió un antagonismo frontal contra el conservador Rajoy, incluso pactando con Podemos, el partido que quiere arrebatar a los socialistas el liderazgo de la izquierda española.

Hasta ahora el PP ha sacado varias leyes con apoyo del PSOE, pero si éste empieza a hacerle una oposición sistemática, puede que el Parlamento se vea bloqueado y que el país tenga que volver a las urnas mucho antes de que termine la legislatura, en 2020, advierten analistas.

Victorioso en unas elecciones con alta participación (80%) de los 188.000 militantes, Sánchez deberá ser ratificado en el cargo por un Congreso del partido los días 17 y 18 de junio.

“Presidente, presidente”

Apenas se conoció el triunfo de Sánchez, los militantes estallaron en alegría, gritando “Pedro, Pedro” en las puertas de la sede principal socialista en Madrid. Luego, cuando el líder ofreció una palabras desde el balcón del edificio, corearon “presidente, presidente”.

“Aquí lo mataron, aquí resucitó”, afirmó a la Agence France-Presse Juan José Orts, militante socialista desde 1974, frente a la sede del PSOE. “Esta victoria posibilita que el partido conecte con la sociedad, recupere a la juventud y sea creíble”.

En octubre pasado, una revuelta de parte de la directiva lo obligó a renunciar por su negativa a permitir un Gobierno de Rajoy. Sus detractores le recriminaban dos descalabros electorales socialistas, el último en junio de 2016 cuando el partido obtuvo el peor resultado de su historia con 85 diputados de los 350 del Congreso.

Los promotores de la rebelión, entre ellos Susana Díaz, temían que si se realizaban unas terceras legislativas en un año, el PSOE sufriera una derrota aún peor.

La estrategia de Sánchez de insistir en que haber allanado el camino para que gobernara Rajoy, a quien ataca por los numerosos escándalos de corrupción de su partido, fue “el peor de los errores”, convenció a los militantes.