Los llamamientos a derrotar a la extrema derecha en las urnas se multiplican en Francia a cinco días de la segunda vuelta de unas elecciones presidenciales cruciales, ante temores de altos niveles de abstención que podrían favorecer a Marine Le Pen.

Empresarios, artistas, investigadores, científicos y medios de comunicación han brindado su apoyo a su rival, el centrista proeuropeo Emmanuel Macron.

Según las encuestas, que vaticinan todas la victoria de Macron, la abstención en el balotaje del domingo podría alcanzar al 30% del electorado, una cifra muy superior a la de anteriores comicios presidenciales.

Los dos tercios de los militantes de Francia Insumisa, la plataforma liderada por el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, optará por el voto en blanco o la abstención, según los resultados de una consulta interna anunciados este martes.

Entre los 243.000 votantes, 36% escogieron el voto en blanco o nulo y 29% la abstención, mientras que el 35% votará por Macron.

Varoufakis

Mélenchon, que fue eliminado en la primera ronda con 19,58% de los votos, se pronunció contra Le Pen, pero se ha negado a apoyar explícitamente a Macron, un exbanquero de negocios.

Uno de los referentes en Europa de la izquierda radical, el exministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, manifestó su apoyo a Macron. “Me niego a formar parte de una generación de progresistas europeos que hubieran podido impedir que Marine Le Pen gane, pero que no lo hicieron”, destacó.

En Francia, el mundo de la cultura también tomó posición. Los cineastas Mathieu Kassovitz y Luc Besson, el director del célebre festival de Avignon, Olivier Py, el Nobel de Literatura Jean-Marie Le Clézio, pero también cantantes, cómicos y dibujantes han llamado a los electores a derrotar a la ultraderecha.

Sin olvidar al mundo del deporte, en donde el ícono del fútbol francés, Zinédine Zidane, llamó a “evitar al máximo” al Frente Nacional (FN).

En cuanto a los medios de comunicación, el diario católico La Croix, siguiendo los pasos de varios rotativos nacionales, se posicionó el a favor del joven centrista, de 39 años, que podría convertirse el 7 de mayo en el presidente más joven de la historia de Francia.

Arma de doble filo

Entre los empresarios, algunos, como el director del grupo aeronáutico europeo Airbus, el alemán Tom Enders, han dado su “apoyo pleno” al exministro de Economía del gobierno socialista (2014-2016).

Otros grupos empresariales, como Veolia, han explican el daño que representaría, según ellos, para la economía francesa la victoria de la candidata del FN.

Estas voces se suman a las de responsables políticos, sindicales y religiosos -con excepción de la Iglesia católica– que apenas se conocieron los resultados de la primera vuelta, el pasado 23 de abril, llamaron todos a optar por Macron.

Sin embargo, después de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos y del Brexit en Reino Unido, que ningún sondeo supo predecir, algunos temen que estos llamados tengan un efecto contraproductivo.

“Podrían ser un arma de doble filo”, advierte el diario Les Echos, que recuerda que en Estados Unidos los llamados del mundo de la cultura a favor de la demócrata Hillary Clinton exacerbaron el sentimiento de rechazo de las clases populares.

Le Pen ha obtenido muy pocos apoyos públicos. Pero la ultraderechista, que se presenta como la candidata del pueblo contra el “sistema”, las “élites”, y la “oligarquía”, lleva a cabo una campaña ofensiva para convencer a los indecisos y abstencionistas de la primera vuelta que es la mejor opción para Francia.

Una parte de los votantes del conservador François Fillon no quieren ni escuchar hablar del candidato centrista, a quien muchos ven como el heredero del presidente saliente François Hollande, ya que fue junto a él que Macron dio sus primeros pasos en la política.