Con la consigna “Venceremos” decenas de miles de personas se congregaron este domingo en Estocolmo en una “manifestación por el amor” y contra el “terrorismo”, dos días después del atentado con camión que la policía cree que fue cometido por un uzbeko que mostraba interés por los grupos yihadistas.

La “manifestación por el amor” convocó entre 20.000 personas, según el ayuntamiento y 50.000, según los organizadores de esta convocatoria hecha por Facebook.

Los suecos se unieron en una protesta de rechazo a la violencia después de un camión embistiera a varios viandantes en una de las calles peatonales más frecuentadas del centro de Estocolmo. El ataque, calificado de “acto terrorista” por la fiscalía sueca, causó cuatro muertos y 15 heridos.

Su modo de actuar recuerda a los atentados cometidos en Niza (sureste de Francia), Berlín y Londres, todos reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

El sospechoso detenido unas horas después del ataque, un uzbeko de 39 años, debía haber sido expulsado de Suecia después de que las autoridades le denegaran su demanda de permiso de residencia.

Mostraba interés por organizaciones extremistas como el [grupo] Estado Islámico (EI)”, declaró el jefe de la policía nacional, Jonas Hysing, durante una rueda de prensa este domingo por la mañana.

Las autoridades sospechan que el viernes robó un camión con el que arrolló a decenas de personas en el centro de la capital, antes de empotrar el vehículo contra la fachada de unos grandes almacenes. El domingo, un segundo sospechoso fue detenido y puesto en detención preventiva, indicó a la AFP la jueza Helga Hullman, del tribunal de Estocolmo, sin precisar su relación con el sospechoso principal.

Los diarios Expressen y el Aftonbladet identificaron al detenido como Rajmat Akilov.

Expressen también informó que el acusado dijo que estaba “satisfecho de lo que había hecho” y que logró “lo que quería”.

‘El miedo no puede reinar’

El atentado en Suecia conmocionó al país nórdico, que suele enorgullecerse de su apertura y su tolerancia.

La policía informó de que las víctimas mortales eran dos suecos, un ciudadano británico y uno belga -una mujer, según el jefe de la diplomacia belga, Didier Reynders-. Una niña sueca de 11 años figura entre los fallecidos, precisaron sus allegados.

De los 15 heridos, 10 personas -nueve adultos y un niño- seguían hospitalizadas este domingo por la mañana, cuatro de ellas en estado grave, según las autoridades sanitarias.

“Considero muy importante permanecer fuertes y juntos contra todo lo que quiere cambiar nuestra sociedad fundada sobre la democracia”, confesó a la AFP quien se identificó como Marianne, muy emocionada, que participó en la concentración con su madre.

Tomados del brazo cerca de la bandera sueca a media asta, los presentes guardaron un minuto de silencio.

“El miedo no puede reinar, el terrorismo no puede ganar jamás”, dijo la alcaldesa de Estocolmo, Karin Wanngard. “Venceremos gracias a la apertura y la consideración”, afirmó.

“Nosotros no respondemos con el miedo, nosotros respondemos con el amor”, proclamaba una pancarta enarbolada por una mujer que portaba velo.

El primer ministro sueco, Stefan Löfven, que ordenó un refuerzo de los controles fronterizos, anunció una ceremonia de homenaje y un minuto de silencio en honor a las víctimas para el lunes a mediodía (07:00 de Chile).

‘Iba de fiesta y bebía’

El sospechoso principal pidió el permiso de residencia en 2014, pero la Oficina de Migraciones se lo rechazó en junio de 2016.

“En diciembre de 2016, la Oficina de Migraciones le informó que tenía cuatro semanas para abandonar el país. En febrero de 2017, la policía recibió la orden de ejecutar la decisión porque ya no estaba localizable”, precisó Hysing.

La policía había perdido su rastro hasta el atentado del viernes.

Conocidos del sospechoso indicaban el domingo en la prensa que el hombre, padre de familia y que trabajaba en la construcción, no parecía radicalizado. “Iba de fiesta y bebía”, según un allegado.

En la cabina del camión, los policías encontraron el sábado un artefacto sospechoso, sin poder precisar si se trataba de una bomba o un dispositivo inflamable.

Suecia sólo había sufrido otro atentado hasta la fecha. Fue en diciembre de 2010, cuando un kamikaze se hizo explotar en la misma calle peatonal, hiriendo levemente a varias personas.