Miles de personas se manifestaron este sábado en Londres para defender el sistema de salud pública británica (NHS), que atraviesa una crisis sin precedentes en Reino Unido.

Los manifestantes desfilaron desde la sede del National Health Service (NHS) hasta el Parlamento británico tras una gran pancarta que acotaba: “Nuestra NHS. No a los recortes presupuestarios, no a los cierre, no a la privatización”.

“Esta manifestación es un grito de alarma para los usuarios del NHS porque el sistema se encuentra en una situación desesperada”, declaró David Wrigley, un médico de cabecera originario de Carnforth, en el norte de Inglaterra. “Nuestro país puede permitirse financiar correctamente” el NHS, insistió.

El NHS, quinto empleador mundial (1,5 millones de asalariados), es una institución sagrada en Reino Unido, aunque en los últimos tiempos ha entrado en crisis debido al envejecimiento de la población, el crecimiento demográfico y las políticas de austeridad.

La Cruz Roja británica ya alertó este invierno sobre la necesidad de rescatar el sistema de salud que, según los médicos y los hospitales, está “al borde del colapso”.

“Hay gente que espera en camillas, otros que aguardan desesperadamente en las salas de espera de las urgencias”, lamentó este sábado el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, en un discurso pronunciado delante del palacio de Westminster.

“No es culpa de los trabajadores. Es culpa del Gobierno que ha tomado decisiones políticas”, criticó Corbyn, que dijo defender “un derecho fundamental” para los británicos.

Daniel Leal-Olivas | Agence France-Presse
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