El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigu, confirmó que durante el conflicto en Siria, en el que ha intervenido activamente su país, se probaron diferentes armamentos y que ayudó a foguear a pilotos militares que tenían poca práctica de vuelo en combate.

Shoigu indicó que “más de 160 tipos de armas novísimas” fueron probadas durante la guerra en Siria, durante una reunión con el alto mando militar de Rusia, consigna diario El País de España.

El secretario de Estado también agregó que las armas usadas demostraron una “alta fiabilidad” en combate y que “el 84% de los pilotos de las Fuerzas Aeroespaciales pasaron por la prueba que significan las acciones de combates reales”.

Antes de Siria, la última guerra en la que participó activamente Rusia fue la de Georgia en 2008, un conflicto que sólo se extendió por una semana.

En el caso del conflicto en Ucrania, el gobierno de Putin sólo se limitó a apoyar a fuerzas rebeldes prorrusas, disputa concluyó con la incorporación de Crimea a Rusia.

La intervención rusa en Siria comenzó en septiembre de 2015 con el objetivo de combatir a grupos terroristas como el Estados Islámico o el Frente Al Nusra, que habían ganado terreno y posicionamientos durante la guerra.

Al menos esa ha sido la versión oficial del gobierno ruso, pues se acusa a Rusia de intervenir con el objetivo de apoyar al régimen de Bashar al-Ásad, quien es bastante cercano al Kremlin.