Un bulldog con alas, cual León de San Marcos -símbolo tradicional de Venecia-, pasea con cara de molesto por las calles de su ciudad.

Centenares de venecianos se fueron a la calle este sábado para alertar del éxodo al que se ven obligados por la presión del turismo, que encarece los alquileres y complica su vida diaria.

Unas 300 personas desfilaron por el centro histórico durante esa concentración bautizada “Venexodus”, bajo la mirada de los turistas.

“Sin los venecianos ya no me llamo Venecia”, “Adiós Venecia” “Yo no me voy, ocupo y resisto”, se podía leer en las pancartas que enarbolaban los habitantes o en los mensajes pegados en las maletas, según una periodista de la Agencia AFP.

 Agence France-Presse
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Ante el ayuntamiento, un hombre vestido de “Dogo”, como se conocía a los dirigentes históricos de la República de Venecia, se subió a una góndola para simbolizar la huida de los habitantes.

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“Venecia pierde 1.000 habitantes cada año. Ahora cuenta con menos de 55.000, en comparación con 100.000 hace cuarenta años. El peligro es muy importante. Nos estamos convirtiendo en Pompeya, una ciudad que la gente visita, que dicen que es magnífica pero donde no vive nadie” explicó a la AFP Matteo Secchi, presidente de la asociación Venessia.com, organizadora de la manifestación.

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“Los venecianos no están contra los turistas. Es justo que los venecianos puedan visitar Venecia, pero también es justo que los venecianos puedan vivir ahí. El desafío es conseguir gestionar esos dos mundos diferentes” añadió.

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Los manifestantes pidieron una verdadera política de alojamiento pública, ante la explosión de los alquileres. Los propietarios prefieren los alquileres de corta duración, y los habitantes aseguran que al mismo tiempo hay 2.000 apartamentos del sector público vacíos.