La cumbre para firmar el CETA entre la Unión Europea y Canadá, prevista este jueves, fue cancelada, a la espera de que Bélgica logre desbloquear el veto de algunos de sus gobiernos regionales a este espacio de libre comercio de unos 550 millones de habitantes.

La cumbre de hoy está cancelada. De momento, no tenemos fecha para otra cumbre. El próximo paso es que toda la UE esté en posición de firmar el acuerdo”, subrayó a la AFP una fuente europea, que pidió el anonimato.

La UE necesita el visto bueno de todos sus países miembros para firmar el CETA, pero Bélgica no ha podido dar todavía su aprobación, ya que varios de sus gobiernos regionales, entre ellos el de Valonia, rechazan el texto actual.

Las negociaciones entre el gobierno federal belga, dirigido por el liberal Charles Michel, y los gobiernos regionales se suceden día y noche con el objetivo de desbloquear la situación, después de que Canadá dijera que la pelota estaba “en el tejado de los europeos” tras el fracaso de sus conversaciones directas con Valonia.

“Esto puede avanzar rápidamente, si todas las partes tienen buena voluntad, pero recuerdo que [el resultado de las negociaciones] será sólo el acuerdo belga que deberán analizar nuestros 27 socios”, aseguró a su llegada a una nueva reunión el jefe del gobierno regional valón, el socialista Paul Magnette.

Según Magnette, la cara visible del rechazo al CETA, hubo avances en varios puntos como en el controvertido mecanismo de arbitraje previsto en el acuerdo para solucionar los conflictos entre los Estados y las multinacionales, que podrían demandarlos si adoptan una política estimada como contraria a sus intereses.

Los embajadores de los 28 países de la UE debían reunirse a finales de la mañana para analizar una eventual propuesta de Bélgica sobre este acuerdo negociado entre el ejecutivo europeo y Canadá durante siete años.

Canadá sigue ‘listo’ para firmar

La suspensión de las negociaciones entre belgas el miércoles por la noche llevó al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, a anular su viaje a Bruselas para esta cumbre, cuya celebración el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, consideraba ese día “todavía posible”.

“Canadá continúa lista para firmar este importante acuerdo cuando Europa esté lista”, reiteró la ministra de Comercio Internacional de Canadá, Chrystia Freeland.

La imposibilidad para la UE de firmar el acuerdo comercial con Canadá, que prevé la supresión de derechos de aduanas para casi todos los productos, abriría una nueva crisis en un bloque europeo debilitado desde la crisis financiera de 2008.

Además, sembraría dudas sobre la credibilidad de la UE en otros acuerdos comerciales negociados actualmente con Estados Unidos (TTIP), Japón o con los países del Mercosur, así como sobre la capacidad de los europeos de negociar con Reino Unido su salida del bloque.

En Bélgica, el rechazo de Valonia, una región de 3,6 millones de habitantes con una industria perjudicada por los efectos de la globalización, tensa aún más sus relaciones con sus vecinos de la región flamenca de Flandes, más rica y partidaria del CETA.