Mariano Rajoy se dirige este martes a los diputados españoles para pedirles su confianza y continuar como presidente del Gobierno, sabiendo de antemano que no recibirá los votos necesarios dada la obstinada oposición de los socialistas.

“Mi propuesta es la única para un gobierno moderado y no de aventura”, señaló Rajo al comenzar su presentación ante el Parlamento.

Una vez concluida la presentación, las demás formaciones deberán esperar a la mañana del miércoles para tomar la palabra, antes de la votación, prevista por la tarde.

“El PSOE no va a apoyar al señor Rajoy”, reiteró este martes Óscar López, portavoz de los socialistas en el Senado, dando el tono de lo que se anuncia como una investidura fallida.

“Votar no y no ofrecer alternativa es lo mismo que llevarnos a terceras elecciones”, replicó un dirigente del PP, Javier Maroto, retomando la amenaza de que en caso de permanecer el bloqueo se celebren comicios el día de Navidad, tal y como prevén los plazos legales.

Rajoy, presidente del gobierno en funciones desde diciembre, va al debate de investidura con el apoyo de los 137 diputados de su partido, más los de la formación centrista Ciudadanos (32), con la que cerró un pacto con 150 medidas, y el único de Coalición Canaria, un partido regional.

Con estos 170 escaños, a Rajoy le faltan sin embargo seis para salir investido con mayoría en la primera votación de la cámara, que cuenta con 350 diputados.

Si fracasa, está prevista una segunda votación este viernes, en la que le bastaría con tener más “síes” que “noes”.

Rajoy sería investido con la abstención de al menos 11 diputados, pero los socialistas, la izquierda antiausteridad Podemos y las formaciones nacionalistas de Cataluña y País Vasco se mantienen inamovibles en su “no” al líder conservador, en el poder desde finales de 2011.

Desde las elecciones legislativas del 26 de junio, que el PP ganó sin mayoría absoluta, el PSOE repite que no apoyará a Rajoy para que siga como presidente del gobierno.

Al mismo tiempo, su líder, Pedro Sánchez, no ha hecho ni el amago de proponer un gobierno alternativo, que es lo que le pide Podemos con insistencia.

“Ejercicio de reflexión”

La gran pregunta está en saber qué hará el PSOE una vez hayan fracasado las dos votaciones de esta semana.

En ese sentido, algunas figuras del partido, como el presidente de la región de Valencia, Ximo Puig, han llamado a “hacer un ejercicio de reflexión y de debate” para desatascar la situación y permitir que haya un gobierno operativo.

El debate sin embargo es soterrado. Ni Puig ni ningún otro dirigente del partido se atreve a pedir la abstención, pues los socialistas temen que en caso de entregarle el gobierno a Rajoy, Podemos emerja como la fuerza opositora más pujante.

Los partidos españoles coinciden en que no quieren unas nuevas elecciones en diciembre, que serían las terceras en un año, después de las del 20 de diciembre de 2015 y las del pasado junio.

En caso de no haber gobierno, los plazos legales establecen que dos meses después de la primera votación de investidura, esto es el 31 de octubre próximo, se abriría un período de 54 días para la celebración de nuevas elecciones, que caerían así el 25 de diciembre.

Lo insólito de la fecha ha llevado ya a PSOE, Ciudadanos y Podemos a plantear una iniciativa legal por la cual la campaña electoral se acortaría, de forma que en el extremo de convocarse elecciones se haga para el domingo 18 de diciembre.