Cientos de socorristas siguen excavando intensamente, este jueves, entre los escombros de pueblos enteros en el centro de Italia, en busca de sobrevivientes tras el sismo que causó la muerte de al menos 250 personas.
La cifra de muertos fue rectificada oficialmente por la Protección Civil a mitad jornada ya que inicialmente se había informado de 247.
Los equipos de rescate no pierden la esperanza de rescatar con vida personas bajo el cúmulo de piedras y desechos en las poblaciones montañosas arrasadas por el terremoto.
Las autoridades han informado que las tareas de búsqueda se detendrán sólo cuando estén seguras de que no se pueden localizar más personas.
El balance de muertos no deja de aumentar y de los 150 de la noche del miércoles se pasó a 250. Pero la cifra puede seguir subiendo, porque en esas aldeas, con poblaciones de 300 a 500 personas, reciben en este periodo del año a numerosos familiares y turistas, que buscan un clima más templado en pleno verano.
Los desaparecidos, una incógnita
“En Amatrice contamos ya más de 200 muertos”, aseguró desconsolado Sergio Pirozzi, el alcalde de la localidad del Lacio, que quedó prácticamente borrada del mapa.
La Protección Civil italiana divulgó al mediodía un balance con 270 personas hospitalizadas y unos 1.200 damnificados.
Se teme por la vida de los huéspedes del célebre e histórico Hotel Roma de Amatrice, que estaba completamente ocupado por una fiesta tradicional en honor de la creación hace 50 años de la receta de espaghetti a la “amatriciana”.
En honor de la receta con salsa de tomate y tocino están surgiendo numerosas iniciativas de solidaridad por parte de cocineros y dueños de restaurante de todo el mundo con la población de Amatrice.
Según un responsable de la Protección Civil, Luigi D’Angelo, el dueño del hotel informó que muchos de sus clientes pudieron escapar después de haber sentido a las 03H36 de la madrugada del miércoles la primera y larga sacudida, que duró más de dos minutos.
En Arquata del Tronto, otra de las localidades arrasadas, el alcalde Aleandro Petrucci lanzó un llamamiento a los sobrevivientes que se fueron, para poder completar el conteo.
Los equipos de rescate italianos trabajaron sin descanso durante toda la noche, con temperaturas por debajo de los diez grados que alcanza en verano esa región montañosa.
Decenas de réplicas, más de cien, se sintieron toda la noche, entre ellas una particularmente fuerte, a las 01:20 horas de Chile, que causó más desprendimientos, según el testimonio de periodistas de la AFP.
Miles de voluntarios y cuerpos especializados escrutan con cuidado los restos y cúmulos de piedras para detectar cualquier rastro de vida, por pequeño que sea.
Los bomberos recuerdan que el último superviviente del terremoto de L’Aquila en 2009 fue rescatado 72 horas después de la catástrofe.
Prevención, el objetivo
El día después de la tragedia, entre la desolación y la sorpresa, surgen numerosas preguntas sobre el alto precio que pagó Italia, y por ello sobre la calidad de las construcciones.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, reconoció el miércoles las enormes dificultades para proteger tantos pueblos y ciudades con valiosos centros históricos, construidos hace siglos.
Expertos, historiadores y arqueólogos van a ser desplegados por toda la península para evaluar el patrimonio y establecer un calendario de obras de prevención, para impedir que pueblos localizados en zonas de alto riesgo sísmico desaparezcan por un temblor.
“Nosotros, los geólogos, desde hace años pedimos que se desarrolle la cultura de la prevención, porque se pueden evitar estas tragedias”, declaró el presidente del colegio de geólogos, Francesco Peduto.
Este jueves, el Consejo de Ministros de reunirá para decretar el estado de emergencia en las zonas afectadas por el terremoto.
“Será necesario realizar un trabajo serio y continuo”, prometió Renzi, quien espera evitar los errores cometidos tras el terremoto en 2009 de L’Acquila, cuya controvertida reconstrucción se convirtió en un negocio lucrativo para muchos.