Las fuerzas kurdas lograron avanzar en Hassaké, ciudad al noreste de Siria, tras el fracaso de una mediación rusa el sábado para poner fin a los combates que los enfrentan a las fuerzas del régimen sirio de Bashar Al Asad.

Según el Observatorio sirio de Derechos Humanos (OSDH) y un periodista local que trabaja para la AFP, tras violentos combates en la noche del sábado, las fuerzas kurdas avanzaron en dos barrios controlados por el régimen en el sur de la ciudad, An Nachua y Az Zuhur.

Los aviones del régimen sobrevolaron, sin bombardear, esta ciudad ampliamente controlada ahora por los kurdos.

Esta semana se había abierto un nuevo episodio en esta guerra –que dura ya cinco años– con el bombardeo por primera vez de aviones del régimen contra posiciones kurdas en Hassaké.

Estos bombardeos provocaron –también por primera vez– una intervención directa de los aviones de la coalición dirigida por Estados Unidos para “proteger” a sus fuerzas especiales que asesoran a los combatientes kurdos. Sin embargo no hubo enfrentamientos directos entre ambas partes.

Según el OSDH los combates entre kurdos y fuerzas del régimen causaron desde el miércoles 43 muertos, entre ellos 27 civiles, de los cuales 11 niños. Miles de personas han abandonado la ciudad.

Según Almasdarnews, un sitio prorrégimen bien informado, los combates se reanudaron el sábado por la tarde tras el fracaso de una mediación de militares rusos en Qamichli, también en la provincia de Hassaké, con cada uno de los beligerantes.

Los kurdos de Siria (15% de la población) autoproclamaron en marzo una “región federal”, con la aspiración de unir en un solo territorio las regiones que controlan en el norte de Siria. Los combatientes kurdos se han convertido, sobre todo para Washington, en la fuerza más eficaz para combatir a los yihadistas del Estado Islámico (EI).