Rusia afirmó este miércoles haber frustrado “atentados terroristas” en Crimea, preparados según los servicios secretos rusos (FSB) por Ucrania para “desestabilizar” a esta península anexada por Moscú, en vísperas de las elecciones previstas en setiembre.

El FSB desbarató en Crimea atentados terroristas” contra infraestructuras y el sistema de aprovisionamiento de la región, indicó el FSB en un comunicado, precisando que uno de sus agentes y un militar ruso murieron en dos operaciones para detener a los “saboteadores” ucranianos.

Un grupo de “saboteadores-terroristas” fue descubierto cerca de la ciudad de Armiansk, en Crimea, en la madrugada del 7 de agosto, según el comunicado.

“Un agente del FSB murió en un tiroteo en la operación”, indica el texto, añadiento que fueron incautados en el lugar veinte artefactos explosivos y 40 kg de TNT.

El FSB afirma también haber evitado que otros dos grupos de “saboteadores-terroristas”, apoyados por “disparos masivos y blindados de las fuerzas armadas ucranianas”, penetraran en Crimea durante la madrugada del 8 de agosto.

“Un militar ruso murió” en esos enfrentamientos, precisa el comunicado.

El servicio de seguridad ucraniano (SBU) desmintió categóricamente estas acusaciones y el estado mayor ucraniano las calificó de “provocación” .

“Ucrania no intenta apoderarse o recuperar por la fuerza su territorio”, aseguró Iuri Tandite, un consejero del jefe del SBU, a la agencia Interfax-Ucrania.

Por su parte, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que vigila la amplia frontera ruso-ucraniana, no informó sobre ningún incidente en las fechas mencionadas.

Sin embargo, en un comunicado dado a conocer el martes, la OSCE señaló que la circulación de vehículos a través de la línea de demarcación entre Ucrania y Crimea había sido suspendida en los últimos días y que los guardias de fronteras parecían encontrarse en “estado de alerta”.

Crimea fue anexada por Rusia en marzo de 2014 tras una intervención militar seguida de un referéndum de incorporación, denunciado como ilegal por Kiev y los países occidentales.

La península alberga varias bases militares y navales rusas, entre ellas la de la Flota del mar Negro, en Sebastopol.

Esta anexión provocó las mayores tensiones entre las potencias occidentales y Rusia desde el final de la Guerra Fría y fue seguida por una ola de sanciones europeas y estadounidenses contra Moscú.