La Administración aún no ha determinado la fecha precisa para la llegada de la delegación a Taiwán ni quiénes la compondrán, según informó el funcionario en una rueda de prensa telefónica.
Ese tipo de delegaciones suelen estar compuestas por antiguos cargos del Ejecutivo estadounidense, incluidos militares y diplomáticos, así como exlegisladores.
El citado funcionario argumentó que el envío de esa delegación no debería ser visto como una provocación por China, que reclama a la isla como parte de su territorio, y recordó que durante las últimas dos décadas Estados Unidos ha enviado delegaciones de este tipo en otras ocasiones a Taiwán.
El propio Biden ha enviado este tipo de delegaciones “no oficiales” a Taiwán en dos ocasiones, una en abril de 2021 y otra en febrero de 2022.
“Dada nuestra relación no oficial con Taiwán, a menudo enviamos estas delegaciones no oficiales de alto nivel compuestas por exfuncionarios gubernamentales a Taipéi”, afirmó el funcionario. “Tenemos una tradición de décadas haciéndolo”, añadió.
En este caso, el objetivo de la delegación será reunirse con quien salga elegido de las elecciones de Taiwán para hablar sobre la política de EE.UU. hacia la isla y sobre la colaboración entre ambas partes.
Taiwán, la isla autogobernada de sistema democrático que China reclama como parte de su territorio y a la que Washington envía gran cantidad de armamento, es la principal fuente de tensiones entre las dos potencias.
En la conferencia de prensa, uno de los funcionarios dejó claro que Washington se opone a cualquier intento de Pekín para influir en los comicios e inclinar la balanza en contra el candidato oficialista del Partido Democrático Progresista (PDP), William Lai, favorito en las encuestas y actual vicepresidente, a quien Pekín ha acusado de “separatista”.
Con su declaraciones públicas, China ha dejado claro que prefiere una victoria de la oposición, ya sea de Hou Yu-ih (KMT) o de Ko Wen-je (TPP) antes que la continuidad de Lai.
Aunque ninguno de los aspirantes habla de romper el statu quo actual, en el que Taiwán no ha declarado formalmente la independencia pero tampoco está bajo control de China, una nueva victoria del PDP -la tercera consecutiva- constituye el peor de los escenarios para Pekín, que confía en culminar la “reunificación” nacional antes de 2049, cuando se cumplirán cien años del nacimiento de la República Popular China.
Biden y Xi se reunieron en noviembre del año pasado en California y, en ese encuentro, se comprometieron a mantener abiertas las líneas de comunicación para evitar que la tumultuosa relación desemboque en un conflicto abierto.
En ese encuentro, Biden ya pidió a Xi que respetara la independencia de los comicios en Taiwán.
Mientras tanto, Xi aprovechó para recordar a su homólogo que Taiwán es el tema “más importante y sensible” en las relaciones bilaterales y, directamente, instó a Biden a tomar “acciones reales” para honrar su compromiso de no apoyar la independencia de Taiwán.