El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo estar devastado tras el ataque cerca del Capitolio que dejó un agente muerto y otro herido este viernes.

“Jill (su esposa) y yo tenemos el corazón roto tras enterarnos del violento ataque contra un control de seguridad del Capitolio de Estados Unidos”, dijo el mandatario en un comunicado en el que indicó que ordenó colocar la bandera de la Casa Blanca a media asta.

El atacante, del que no se han dado detalles y murió poco después en un hospital de Washington, fue disparado por las agentes tras salir del vehículo y esgrimir un cuchillo de manera “agresiva” contra ellos, precisó Pittman en una rueda de prensa en el Capitolio.

Las autoridades han afirmado que la amenaza de seguridad ya ha concluido y que el suceso “parece” no tener relación con un acto terrorista.

Este incidente se produce después del violento asalto del edificio del Capitolio perpetrado el 6 de enero por partidarios del exmandatario Donald Trump que querían interrumpir la certificación de las elecciones.

Desde entonces, las autoridades erigieron una barrera y cerraron un amplio perímetro en torno al Congreso de Estados Unidos, pero en los últimos días comenzaron a reducir la zona vallada y abrir el tránsito.

Tras el incidente de este viernes, el Capitolio y los edificios adyacentes fueron cerrados. De todas formas el Congreso estaba en receso por Semana Santa, por lo que había menos personal en el lugar.