La Asociación Nacional del Rifle (NRA) de Estados Unidos se acogió este viernes a la protección por bancarrota y anunció que se mudará a Texas como parte de un plan de reestructuración para reflotar su situación financiera.

La organización conservadora y lobbista de armas más importante de ese país culpó a la “política y ambiente regulatorio corrupto de Nueva York”, donde se enfrenta a una demanda por parte de la fiscal general del estado, Letitia James.

Nueva York ha acusado a los líderes de la organización sin ánimo de lucro de desviar millones de dólares para su uso personal y declarar pérdidas por US$64 millones.

El Distrito de Columbia también ha demandado a la organización por uso inadecuado de los fondos obtenidos por las donaciones a su fundación.

“Este movimiento permitirá el crecimiento a largo plazo y sostenible que asegure que la NRA sigue siendo el principal defensor de las libertades constitucionales”, indicó la organización en un comunicado en referencia al derecho a poseer y portar armas.

“El plan puede ser resumido simplemente: tiramos Nueva York a la basura y vamos a reincorporar la NRA en Texas”, afirmó el líder de la organización, Wayne LaPierre, en una carta interna en la que denuncia una supuesta persecución política.

La NRA declaró deudas de US$500 millones en su proceso para acogerse a la suspensión de pagos del Capítulo 11 de la ley de bancarrotas de Estados Unidos.

La poderosa red de donaciones de socios amantes de las armas de la NRA, uno de los principales grupos de cabildeo prorepublicano, se ha visto resentido por la pandemia de covid-19.

Pese a que la sede de la NRA está en Virginia, está registrada como una organización sin ánimo de lucro en Nueva York desde 1871.