El presidente estadounidense, Donald Trump, agradeció el apoyo de uno de los más virulentos adversarios del papa Francisco, el prelado italiano Carlo Maria Vigano, después de que le enviara una carta donde dice que los disturbios de los últimos días en su país son parte de un complot político.

“Me siento tan honrado por la increíble carta que me envió el arzobispo Vigano. ¡Espero que todo el mundo -ya sea religioso o no- la lea!”, escribió el miércoles por la noche el mandatario republicano en un tuit.

El mensaje de Trump viene acompañado de un enlace al portal estadounidense católico y ultraconservador Lifesite, que publica la carta del prelado italiano, con fecha del 7 de junio.

En la misiva, Vigano critica el confinamiento durante la pandemia y justifica la represión de los disturbios que estallaron en Estados Unidos a raíz de la muerte del afroestadounidense George Floyd a manos de un policía blanco, hace más de dos semanas.

El arzobispo adquirió fama al pedir la dimisión del papa Francisco en agosto de 2018, cuando publicó en el mismo sitio web una lista de acusaciones sobre su gestión de los abusos sexuales en la Iglesia. Este exmiembro de la curia romana terminó su carrera en Washington como nuncio (embajador en la santa sede) entre 2011 y 2016.

En su larga carta de apoyo incondicional al presidente Trump, el prelado italiano defiende por ejemplo el controvertido paseo del mandatario hasta una iglesia cercana a la Casa Blanca, después de que la policía dispersara a un grupo de manifestantes con gases lacrimógenos.

Vigano considera que los disturbios y las críticas contra el presidente “forman parte de una narración orquestada” para “legitimar la violencia y el crimen” con fines electorales para el nacimiento de “un nuevo orden mundial” inspirado en “los ideales masónicos” y anticristianos.

Para el exembajador del Vaticano, los disturbios de las últimas semanas han sido “provocados” por personas que intentan llevar a cabo “una represión, legítima, pero que podría ser condenada como una agresión injustificada contra la población”.

“Está muy claro que el recurso a las manifestaciones sirve a quienes quisieran ver elegido en las próximas elecciones presidenciales a alguien que encarna los objetivos del Estado profundo”, escribe.

En mayo, el italiano lideró una petición, también con un tono muy complotista, en la que llamo a retomar el culto en las iglesias por considerar que las medidas de cuarentena tomadas por el coronavirus atacaban la libertad religiosa.

Ese texto obtuvo la firma de cardenales muy tradicionalistas, opuestos al papa, al que acusan a menudo de cometer “herejías”.