El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, suscitó una nueva polémica al afirmar que este viernes era un “gran día” para George Floyd, el hombre cuyo homicidio la semana pasada provocó violentas protestas en todo el país por la brutalidad policial contra la comunidad negra.

Once días después de la muerte de Floyd, asfixiado por un policía blanco durante su detención en Minneapolis, Trump dijo que no se puede permitir que ocurra tal violencia.

Sin embargo, lanzó: “Esperemos que George esté mirando hacia abajo en este momento y diciendo que esto es algo grandioso para nuestro país”.

“Es un gran día para él. Es un gran día para todos”, dijo.

“Es un gran, gran día en términos de igualdad”, señaló, en momentos en que es acusado de no haber brindado ninguna respuesta a los males denunciados por los manifestantes, en especial el racismo, las desigualdades y la violencia policial.

Trump había convocado a los medios de comunicación para festejar la baja inesperada del desempleo, y consagró lo esencial de su discurso a celebrar esta “recuperación” económica.

Sus comentarios sobre George Floyd fueron entonces interpretados como una manera sorprendente de relacionar la buena noticia económica con el drama que sacude a Estados Unidos.

La Casa Blanca protestó por esta “falsa” lectura.

“El presidente hablaba muy claramente del combate por una justicia equitativa y un tratamiento equitativo ante la ley cuando hizo este comentario”, escribió en Twitter uno de sus asesores en comunicación, Bill Williamson.

Justo antes de efectuar su comentario sobre Floy, Trump había hecho mención a ese tema.

“La igualdad ante la ley debe significar que cada estadounidense reciba el mismo tratamiento en cada interacción con las fuerzas del orden, cualquiera sea su raza, su color, su sexo o su fe. Todos deben ser tratados de manera justa por las fuerzas del orden”, dijo.

“Francamente despreciable”

Su opción de hablar en nombre de Floyd fue de todas maneras fuertemente criticada.

“Las últimas palabras de George Floyd – ‘No puedo respirar, no puedo respirar’- resonaron en todo nuestro país”, reaccionó Joe Biden, el oponente demócrata de Trump en las elecciones presidenciales de noviembre.

“Que el presidente intente poner más palabras en boca de George Floyd es francamente despreciable”, añadió el exvicepresidente en un discurso.

Desde la muerte de Floyd en Minneapolis el 25 de mayo, y las posteriores manifestaciones, marcadas inicialmente por saqueos y disturbios en muchas ciudades estadounidenses, Trump ha favorecido una respuesta marcial.

Se presentó como el presidente de la “ley y el orden” y amenazó con enviar al ejército a las calles para sofocar las manifestaciones.

El viernes volvió a retomar su llamado a “dominar las calles”, criticando a los gobernadores de los estados que se niegan a llamar a la Guardia Nacional.

Esta postura le ha valido críticas sin precedentes por parte de exjefes del ejército, incluyendo al exsecretario de Defensa Jim Mattis.

Trump estima que la mejor política para reducir las desigualdades consiste en favorecer el crecimiento económico y reducir el desempleo de los afroestadounidenses.

Desde hace tres años, repite que él es el presidente que “más ha hecho por la comunidad negra desde Abraham Lincoln”, que abolió la esclavitud en la década de 1860.