La pandemia del Covid-19 se convertido en uno de los mayores desafíos que ha debido enfrentar el mundo globalizado en los últimos años, con una crisis sanitaria que está dando pie a una de carácter económica.

De acuerdo a un recuento de la Agence France-Presse, hasta el momento más de 2 millones de casos del nuevo coronavirus fueron oficialmente declarados en el mundo y poco más de 126.000 personas han muerto por la enfermedad.

Además, más de la mitad del mundo se encuentro con medidas de confinamiento o lo ha estado en este inicio de año, una medida que podría empezar a cambiar en las próximas semanas, pero que ha paralizado algunos sectores de la economía, casos como el turismo o la aviación no ven cuando podrán retomar la “normalidad”.

Una crisis que fue descrita en la última editorial del New York Times, que advierte sobre las catastróficas consecuencias, tanto a nivel de sanidad como económica, que tendrá la propagación del coronavirus en Medio Oriente, África y América Latina.

“Lo que probablemente se avecina es la propagación del coronavirus a través de países devastados por el conflicto, a través de campamentos de refugiados y centros de detención en lugares como Siria o Bangladesh, a través de ciudades como Mumbai, Río de Janeiro o Monrovia, donde el distanciamiento social es imposible y el gobierno es imposible. No es confiable, a través de países sin la capacidad fiscal o los servicios de salud para montar una respuesta viable”, dice la editorial.

El medio estadounidense grafica las dificultades que tendrán los países latinoamericanos o africanos, con la cantidad de ventiladores que cuentan para una gran cantidad de enfermos.

“Estados Unidos tiene unos 160,000 ventiladores, según una estimación. Sierra Leona tiene 13. Sudán del Sur tiene cuatro. República Centroafricana tiene tres. En Venezuela, donde el 90 por ciento de los hospitales ya enfrentan escasez, solo hay 84 camas en unidades de cuidados intensivos para una población de 32 millones, según un informe del Comité Internacional de Rescate”, resume la columna.

Finalmente, también alerta sobre que países inestables o con gobiernos débiles, no pueden ejercer medidas efectivas para frenar la propagación del coronavirus y otros de carácter autoritario aprovechan la pandemia para reforzar su poder.

“Los países con gobiernos relativamente estables, como Perú, se han apresurado a implementar contramedidas, mientras que naciones maltratadas como Haití y Venezuela tienen pocas defensas disponibles. Algunas dictaduras, como Egipto, han utilizado el brote para estrechar su control”, agrega.