El presidente estadounidense, Donald Trump, concluyó este martes una fastuosa visita de dos días a India, opacada por la mortífera violencia intercomunal en Nueva Delhi, y sin avances concretos en el diferendo comercial entre ambos países.

Aunque no se ha registrado el menor progreso en el espinoso conflicto comercial, Trump elogió los “dos días fantásticos” y alabó las cualidades de su anfitrión, el primer ministro Narendra Modi, “un gran líder”, aseguró.

La tensión seguía elevada este martes en el noreste de la capital india, escenario de violencias desde el domingo. Estos disturbios han provocado hasta ahora 13 muertos y al menos 150 heridos, según un último informe hospitalario, este martes de noche.

Cuando se le preguntó a Trump en conferencia de prensa sobre estos enfrentamientos, se negó a opinar: “He oído hablar sobre ello, pero no lo hemos discutido, es un asunto de India”, señaló, en tanto aseguraba que Modi está muy comprometido con el respeto a la libertad religiosa.

Los enfrentamientos entre partidarios y opositores de la nueva ley sobre ciudadanía degeneraron en batalla campal entre hindúes y musulmanes, informaron medios locales.

La ley, que según sus críticos se enmarca en la agenda nacionalista de Modi –lo que el primer ministro rechaza– provocó semanas de protestas y violencia.

Según el canal NDTV, tres de sus reporteros y un camarógrafo fueron atacados por una multitud en el norte de la ciudad, de 20 millones de personas.

“Casi no hay presencia policial en el área. Los alborotadores corren por todas partes, amenazando a la gente y vandalizando comercios”, declaró un vecino del empobrecido barrio de Maujpur a la agencia de noticias PTI.

La ley en cuestión también despertó recelos en el extranjero, donde se teme que Modi quiera remodelar la India secular en una nación hindú,
lo que marginaría a 200 millones de musulmanes que viven el país. Modi niega que ese sea su objetivo.

Un árbol para Gandhi


El lunes, Trump y Modi participaron en un mitin ante 100.000 personas en el mayor estadio de críquet del mundo,
en Ahmedabad (oeste), llamado “Namaste Trump”.

Después, Trump asistió junto a su esposa Melania a una puesta de sol ante el Taj Mahal de Agra, que había sido cerrado al público y a los monos que lo frecuentan.

Este martes, Trump y Melania fueron agasajados con una ceremonia de bienvenida de la caballería, con salvas de cañones y la melodía “Barras y Estrellas”.

Tras quitarse los zapatos, depositaron una corona de flores y tiraron pétalos en el lugar en el que el héroe de la independencia de India, Mahatma Ghandhi, fue incinerado. Luego plantaron un árbol.

AFP
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Guerra arancelaria

Pero luego, Trump y Modi se adentraron de lleno en el meollo del diferendo comercial.

Detrás de las buenas palabras y las fotos, parece remoto un acuerdo comercial amplio entre la primera economía del mundo y el país que podría convertirse pronto en el más poblado del planeta.

Y aunque las medidas puedan parecer nimias en comparación con la guerra comercial abierta con China, Trump impuso aranceles al acero y al aluminio indios y suspendió el acceso de determinados bienes a las zonas libres de impuestos.

Modi, cuyo lema “Hecho en India” recuerda al de Trump “Estados Unidos primero”, respondió aumentando los aranceles de algunos productos estadounidenses, como las almendras de California, por valor de 600 millones de dólares.

Trump llamó a India el “rey de los aranceles” y declaró, antes de visitar el país, que la tercera economía de Asia ha estado “golpeando (a Estados Unidos) muy muy duramente durante muchos muchos años”.

Trump y Modi formalizaron acuerdos en el sector de defensa por 3.000 millones de dólares, incluyendo la venta de helicópteros navales, y negocien sobre un escudo de defensa antimisiles valorado en 1.900 millones de dólares.

Ambos países están preocupados por la creciente influencia de China, y el año pasado firmaron un gran acuerdo de cooperación militar.