Las autoridades estadounidenses informaron el viernes que dieron permiso a al proveedor de televisión DirecTV para enviar urgentemente un satélite de 3.600 kilogramos a la llamada “órbita cementerio” por temor a que una falla de la batería le haga explotar pronto.

Un portavoz de la Comisión Federal de Comunicaciones dijo a la AFP el viernes que el 19 de enero se otorgó permiso para que DirectTV comenzara su plan al día siguiente.

DirectTV había argumentado ante la Comisión Federal de Comunicaciones que su satélite Spaceway-1, construido por Boeing, había sufrido una “anomalía importante” en sus baterías y no tenía tiempo para agotar el combustible restante antes de desecharlo, colocándolo a 300 kilómetros por encima del denominado “arco geoestacionario”.

Este arco está a unos 36.000 kilómetros sobre el Ecuador y es el depósito de la mayoría de los satélites de comunicación.

La compañía señaló que era necesario completar el procedimiento antes del 25 de febrero, cuando el satélite pasaría a través de la sombra de la Tierra, lo que le obligaría a depender de sus baterías en lugar de sus paneles solares, aumentando así el riesgo de una “falla catastrófica” que podría afectar a otros satélites.

Según detalló DirecTV ante las autoridades, solamente una “parte” de los 73 kilogramos de su propulsor se quemaría.