El proceso de juicio político mantendrá ocupado al presidente estadounidense, Donald Trump, y a la élite de Washington, hasta entrado el próximo año. Pero el 2020 será también un año interesante a nivel de política exterior para EE. UU. Trump quiere acumular todavía algunos éxitos para atraer a los votantes indecisos. Aquí, un panorama de las relaciones exteriores de EE.UU. en 2020.

Rusia: miedo a la manipulación de las elecciones

El hecho de que Moscú se haya inmiscuido en la campaña electoral estadounidense de 2016 fue mencionado varias veces durante las audiencias sobre el impeachment, así como el conflicto entre Rusia y Ucrania.

Ambos temas ocuparán al Gobierno de EE. UU. el año próximo. “Hay gran preocupación, tanto en el Gobierno como en el Congreso, acerca de que la intromisión rusa en los comicios de 2016 pudiera repetirse”, analiza Mark Simakovsky, experto en Rusia del grupo de investigación Atlantic Council. Pero estima que “Moscú se muestre tal vez reservado al respecto, si Trump tiene buenas perspectivas, ya que es el candidato favorito”, explica.

También Trump aprecia al presidente ruso, Vladimir Putin, pero en el último tiempo guarda cierta distancia porque las relaciones entre Washington y Moscú han sido instrumentalizadas en el marco del proceso de juicio político contra el presidente, aclara Simakovsky. “Trump no ve a Rusia como una amenaza, y en ese punto está en desacuerdo con sus asesores en seguridad”, subraya.

Otro tema serán las sanciones que, entre otras cosas, fueron introducidas por la intervención de Rusia en el conflicto ucraniano. El Congreso quiere endurecerlas, pero Trump las quiere aligerar. Simakovsky dice que “relajar las sanciones sin que haya cambiado realmente algo tendría consecuencias negativas para los intereses estadounidenses en la región”.

Política exterior EEUU / DW
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China: ¿amenaza de guerra comercial?

Otra gran potencia que será tema principal de la agenda de Trump en 2020 es China. Ya desde 2018, Washington y Pekín están en guerra comercial. La República Popular China perjudica, según Trump, a las empresas estadounidenses a través de sus bajos salarios y sus prácticas comerciales. Ambos países han aplicado castigos arancelarios a productos por un valor de cientos de miles de millones de dólares.

En noviembre de 2019, el Gobierno de EE.UU. anunció un acercamiento importante en las conversaciones sobre un acuerdo comercial con China. Pero luego de que EE.UU. resolviera nuevas leyes para apoyar al movimiento democrático en Hong Kong, China amenazó con consecuencias. Es decir, que el acuerdo está congelado. Eso es grave para Trump, porque necesita el respaldo de los agricultores de los estados rurales del medio oeste del país para ganar las elecciones, y estos sufren las consecuencias de los aranceles aplicados a sus productos por China en el marco del conflicto.

Tal vez por eso los negociadores de EE.UU. cedieron a mediados de diciembre y anunciaron un primer borrador para un tratado comercial. Según dijeron, EE.UU. estaría dispuesto a reducir los aranceles aduaneros sobre productos chinos por un valor de 375.000 millones de dólares. La pulseada con la mayor potencia económica de Oriente aún no ha terminado.

DW
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Afganistán: el objetivo es el retiro de tropas

A comienzos de diciembre, el Gobierno de EE.UU. retomó las negociaciones con los talibanes y exigió que la milicia deponga las armas y se declare dispuesta a negociar con el Gobierno afgano, con la esperanza de que así se estabilice la situación en Afganistán para poder retirar sus tropas de ese país, con excepción de un pequeño contingente. “La presión de la opinión pública sobre el Congreso para que se llegue a un retiro rápidamente es grande”, evalúa Marvin Weinbaum, director del Programa para Afganistán del Middle East Institute, en conversación con DW.

Trump trabaja ya desde los inicios de su mandato para reducir drásticamente el número de soldados estadounidenses en Afganistán. En el año electoral 2020, para él es de especial importancia poder anunciar un éxito en ese terreno. “No sabemos cuánto tiempo dura un retiro de tropas de este tipo, pero pienso que la mayoría de los soldados deberían estar fuera de Afganistán antes de las elecciones”, señala Weinbaum. “Entonces Trump podrá decir: ‘Cuando comience mi segundo mandato, estarán fuera de allí’”.

Corea del Norte: casi sin progresos

Un día, Trump y el dictador norcoreano, Kim Jong-un, celebran su amistad política; al otro día, intercambian insultos y amenazas.

El forcejeo continuará en 2020. Trump se reunió varias veces con Kim y quiere lograr que Corea del Norte abandone su programa nuclear. Pero en el camino hacia ese objetivo se topará con obstáculos. Pyongyang puso un plazo límite hasta fines de 2019, y dijo que si el Gobierno estadounidense no demuestra más flexibilidad, entonces “tomará otras medidas”.

Brendan Smialowski / AFP
Brendan Smialowski / AFP