La Cámara de Representantes de Estados Unidos reconoció formalmente este martes por abrumadora mayoría el “genocidio armenio” durante una votación simbólica y sin precedentes que disgustó plenamente a Turquía, en medio de las tensiones ya existentes entre Washington y Ankara.

Los aplausos se desataron en el hemiciclo cuando la cámara aprobó por 405 votos contra 11 esta resolución que llama a “conmemorar el genocidio armenio”, a “rechazar los intentos (…) de asociar al gobierno estadounidense a la negación del genocidio armenio” y a educar sobre esos hechos.

Los legisladores aprobaron además un paquete de sanciones por el asalto de Ankara en territorio controlado por los kurdos en el noreste de Siria…todo justo coincidiendo con la principal fecha nacional de Turquía -Día de la República.

La presidenta de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi, aseguró que era un honor unirse a sus colegas “en una solemne conmemoración de una de las grandes atrocidades del siglo 20: el asesinato sistemático de más de 1,5 millones de hombres, mujeres y niños armenios por parte del Imperio Otomano”.

Pelosi destacó además que la verdad sobre el “crimen asombroso” contra los armenios ha sido negada con demasiada frecuencia.

“Hoy, establezcamos claramente los hechos en el piso de esta Cámara que quedarán grabados para siempre en el Registro del Congreso: la barbarie cometida contra el pueblo armenio fue un genocidio”.

Era la primera vez que se sometía una resolución sobre ese tema a una votación en sesión plenaria en una de las cámaras del Congreso en Washington.

El gobierno de Turquía reaccionó casi inmediatamente por vía de su cancillería, rechazando con energía ese reconocimiento como un “paso político sin sentido” que pone en peligro los lazos mutuos en momentos de “extrema fragilidad” en materia de seguridad.

Una treintena de países y la mayoría de los historiadores reconocen el genocidio armenio. Según las estimaciones, entre 1,2 millones y 1,5 millones de armenios murieron durante la Primera Guerra Mundial a manos de las tropas del Imperio otomano, entonces aliado de Alemania y del Imperio austrohúngaro.

Pero Turquía, heredera política del Imperio otomano, rechaza el uso de la palabra “genocidio” y habla de masacres recíprocas en un contexto de guerra civil y de hambruna que causó cientos de miles de muertos entre los turcos y los armenios.