Estados Unidos comenzará este fin de semana una operación para deportar a miles de migrantes irregulares, en pleno debate sobre el tratamiento que sufren los extranjeros detenidos, confirmó el viernes el presidente Donald Trump.

La operación -que comenzará probablemente el domingo y está dirigida a 2.000 personas en al menos 10 ciudades- ha sido criticada por los demócratas y por la sociedad civil.

“Ellos vinieron de forma ilegal”, dijo el mandatario a los periodistas en la Casa Blanca. “Van a sacar a la gente y llevarlas de vuelta a sus países”, explicó.

Según el diario The New York Times, esas redadas podrían incluir “deportaciones colaterales”, es decir, afectar a otros inmigrantes que se encuentren en los lugares donde intervengan las autoridades.

En junio, Trump ya había anunciado que Estados Unidos deportaría a “millones de extranjeros ilegales”, en línea con su discurso de lucha contra la inmigración irregular, pilar de su campaña y de su gobierno.

Los opositores demócratas reaccionaron diciendo que estos planes amenazan potencialmente a personas que viven desde hace años en Estados Unidos y cuyas familias incluyen en muchos casos a hijos estadounidenses.

En Washington, unas 2.000 personas, según cifras de los convocantes, se manifestaron frente a la Casa Blanca contra los operativos.

Cassie Good, una profesora de Virginia de 36 años, explicó a la AFP que sus familiares llegaron a Estados Unidos como refugiados judíos que huían del antisemitismo y que, para ella, es muy importante que el país siga siendo un lugar de asilo.

Good afirmó que los centros donde son detenidos los migrantes son “campos de concentración”. “La idea de que estamos haciendo algo así en este país me enferma”, afirmó en la protesta, en la que muchas personas con kipás judías sostenían afiches con la consigna “Nunca más”.

En el puerto fronterizo de San Ysidro, el más transitado del mundo que comunica con Tijuana, en México, centenares de personas se concentraban para protestar.

“Estamos aquí para llamar la atención sobre lo que está pasando en nuestro país porque es espantoso”, dijo a la AFP Alisa Davies, un mujer de 48 años vestida como la Estatua de la Libertad.

En Estados Unidos hay cerca de 10,5 millones de inmigrantes indocumentados, de los cuales dos tercios llevan más de 10 años en el país, según el instituto independiente Pew Research Center