El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dice que una guerra con Irán sería corta y que no se requeriría una estrategia de salida, replicando así las asunciones que han mantenido a tropas estadounidenses en conflictos prolongados, incluido el de Irak.

Trump se refirió aparentemente a una potencial operación aérea contra Irán, al decir que no habría “botas sobre el terreno”, una estrategia que ha sido exitosa contra algunos adversarios, pero que conlleva riesgos de una escalada peligrosa con un Irán bien armado.

“La creencias demasiado optimistas sobre las guerras rápidas contribuyeron a las causas de la Primera Guerra Mundial, Vietnam, la invasión soviética a Afganistán, la operación de Estados Unidos en Afganistán y por supuesto Irak”, dijo Michael Mazarr, principal politólogo de RAND Corporation.

“Cualquier argumento de que el conflicto con Irán sería rápido y altamente contenido reflejaría, como sucedió con Irak, un poderoso deseo de creer que la guerra puede librarse a bajo costo”, sostuvo.

“Hay casos en que los ataques se resuelven rápido, como los ataques de la Operación Zorro del Desierto en 1998 en Irak”, dijo Mazarr, refiriéndose a una operación estadounidense contra las fuerzas de Saddam Hussein.

“Pero hay muchos otros casos en los que las asunciones de que las operaciones militares son rápidas y fáciles resultaron en un desastroso error”, dijo.

Cuando se le preguntó el lunes sobre una salida estratégica si la guerra irrumpe con Irán, Trump replicó: “No vas a necesitar una estrategia de salida. No necesito estrategias de salida”.

El gobierno de George W. Bush carecía de una estrategia para Irak en 2003, esperando poder instalar rápidamente a un grupo de exiliados en el gobierno, un plan que fracasó mientras el país cayó por años en un derramamiento de sangre.

Sin “botas en el terreno”

El martes, Trump dijo en Fox Business Network que una guerra con Irán “no sería muy larga”.

Eso recuerda a una declaración del secretario de defensa de Bush, Donald Rumsfeld, quien en 2002 dijo que la guerra con Irak podría durar “cinco días, cinco semanas o cinco meses, pero ciertamente no más que eso”.

Las fuerzas estadounidenses no abandonaron Irak por más ocho años, luchando en una guerra que mató a cerca de 4.500 soldados estadounidenses y costó decenas de miles de vidas iraquíes.

Los comentarios de Trump reflejan algunas de sus típicas bravuconadas, pero el alto a última hora ordenado la semana pasada a un ataque aéreo indica que podría ser cauteloso ante una escalada con Irán.

Las relaciones se han debilitado desde el retiro de Estados Unidos el año pasado del acuerdo nuclear con Irán y la imposición de sanciones punitivas.

Washington culpó a Irán por una serie de ataques contra buques petroleros, mientras que Teherán derribó la semana pasada un dron de vigilancia estadounidense, aumentando los temores de deslizamiento hacia un conflicto que ambos lados han dicho que quieren evitar.

Trump dijo a Fox Business Network que no habría “botas en el terreno” en Irán, dando a entender que en vez de eso dirigiría ataques aéreos o ciberataques.

“Creo que el gobierno va a hablar fuerte y a empuñar un palo muy pequeño”, dijo Michael Knights, un alto integrante de The Washington Institute.

Paralelo “perturbador”

Si Estados Unidos realiza ataques pronto, se limitaría a “una operación aérea dirigida a las fuerzas navales de los Guardianes de la Revolución y a las baterías de la defensa costera y esas cosas”, aunque una campaña mayor contra la infraestructura nuclear de Irán podría venir más tarde, dijo Knights.

Los ataques limitados no “requerirían de una respuesta total de los iraníes”, agregó.

Esa respuesta implicaría que Irán trate de derribar aviones estadounidenses, apunte a sus activos navales, ataque a estadounidenses en Irak y apunte a Estados del Golfo si juegan un papel en los ataques, afirmó.

Por su parte, Mazarr cree que mientras Estados Unidos podría apuntar a una campaña limitada, “la percepción errónea” representa un peligro.

“Irán no tiene manera de saber si el ataque aéreo va a parar después de un día o dos o tres. Ellos conocen a los múltiples funcionarios de Estados Unidos que han hablado de la necesidad de un cambio de régimen. ¿Por qué los iraníes asumirían que la campaña sería limitada?”, cuestionó el experto.

Hay también un paralelo “perturbador” entre las discusiones sobre la guerra con Irán y el debate previo a la invasión a Irak, afirmó.