Estados Unidos dio cuenta este martes de “indicios” según los cuales el gobierno de Bashar al Asad habría llevado a cabo un nuevo “ataque” químico en Siria y amenazó con represalias.

En un comunicado, el Departamento de Estado mencionó “un presunto ataque con cloro en el noroeste de Siria en la mañana del 19 de mayo”.

“Estamos aún reuniendo informaciones sobre este incidente pero reiteramos nuestra advertencia: si el régimen de Asad utiliza armas químicas, Estados Unidos y nuestros aliados responderán rápidamente y de manera apropiada”, dijo Morgan Ortagus, portavoz de la diplomacia estadounidense.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha convertido el uso de armas químicas en una línea roja y ordenó en dos oportunidades ataques contra objetivos de Damasco: en abril de 2017, en represalia por un ataque con gas sarín, y un año después, junto a Francia y el Reino Unido, en respuesta a un ataque químico contra civiles en Duma.

La portavoz del Departamento de Estado dijo que el nuevo “presunto ataque” es parte de la “violenta campaña del régimen de Assad contra el alto al fuego que ha protegido a millones de civiles en la provincia de Idleb”.

“Los ataques del régimen contra las comunidades en el noroeste de Siria deben detenerse”, dijo.

“Estados Unidos reitera su advertencia, formulada por el presidente Trump en septiembre de 2018: cualquier ataque a la zona de desescalada de Idleb sería una escalada irreflexiva que amenazaría con desestabilizar la región“.

Desde finales de abril, las fuerzas sirias y sus aliados rusos han intensificado los ataques en la provincia de Idleb, una zona llamada “de desescalada” desde septiembre, lo que ha aumentado los temores de una ofensiva a gran escala para recuperar el control de este último enclave mantenido por grupos yihadistas, incluido Hayat Tahrir al-Sham (HTS, antigua rama siria de Al Qaeda).