El gobierno de Estados Unidos afirmó este martes que es “bastante probable” que Irán esté detrás de varios incidentes de sabotaje contra barcos petroleros en el Golfo Pérsico, pero señaló que su firme respuesta permitió detener las amenazas de Teherán.

Altos funcionarios de la Casa Blanca parecían estar reduciendo el tono de la retórica tras semanas de duras advertencias contra Irán, antes de comparecer este martes ante el Congreso, donde los opositores demócratas acusan al gobierno de empujar a Estados Unidos a una conflagración basado en exageraciones.

El secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo que su país no ha llegado a una “conclusión definitiva” que pueda ser difundida sobre los misteriosos sabotajes a buques petroleros en las costas de los Emiratos Árabes Unidos y el ataque con dron contra un oleoducto en Arabia Saudita.

“Pero dados todos los conflictos que hemos visto en la última década y el alcance de los ataques, parece bastante probable que Irán esté detrás”, dijo Pompeo en una entrevista radial, previa a una audiencia a puertas cerrada en el Congreso.

Para Pompeo, “lo más importante” es que Estados Unidos va a seguir tomando acciones para proteger sus intereses y que sean disuasorias para frenar el “mal comportamiento de Irán en la región”.

Arabia Saudita, estrecho aliado de Estados Unidos, acusó a Irán de haber ordenado un ataque con dron contra un oleoducto, reivindicado la semana pasada por los rebeldes hutíes en Yemen, respaldados por Teherán.

Amenazas “en pausa”

El asesor de seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, advirtió a inicios de mes de una respuesta “implacable” si Irán ataca intereses estadounidenses, al anunciar el envío a la región de un portaaviones, al que se sumó una flota de bombarderos.

El jefe del Pentágono, Patrick Shanahan, defendió que las acciones de Estados Unidos permitieron “poner en pausa” las amenazas de Irán.

“Yo diría que estamos en un periodo donde el riesgo sigue siendo alto y nuestro trabajo es asegurarnos de que no haya un error de cálculo de los iraníes”, dijo el secretario de Defensa, que también tenía previsto comparecer en una audiencia a puerta cerrada en el Congreso sobre el tema iraní.

El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, advirtió que con su despliegue militar “Estados Unidos está jugando un juego muy, pero que muy peligroso”, subrayando que habrá “consecuencias dolorosas” de una “escalada” contra Irán.

“El hecho de tener todos esos recursos militares en un pequeño espacio navegable [el Golfo] es en sí mismo un factor para que se produzcan accidentes, sobre todo para las personas que buscan el accidente”, añadió Zarif en una entrevista a CNN, en una aparente alusión a sus rivales regionales como Arabia Saudita.

¿Liberación de prisioneros?

Estas tensiones entre vecinos se producen en el marco de una escalada en la confrontación verbal entre Washington y Teherán, cuando se cumple un año de la decisión de Estados Unidos de retirarse del acuerdo nuclear con Irán.

El gobierno de Trump ha adoptado una estrategia de “máxima presión” para debilitar la influencia regional del régimen teocrático, incluyendo sanciones draconianas que buscan incluso cortar todas las ventas de petróleo iraní.

Los demócratas afirman estar determinados a hacer que la Casa Blanca rinda cuentas de sus decisiones, luego de que falsa información de inteligencia condujera a la invasión de Irak en 2003.

Al entrar en la audiencia, el congresista Elliot Engel, el demócrata que dirige el comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, dijo que el gobierno debe “informar al Congreso por qué parece que estamos camino a una guerra”.

El senador demócrata Tim Kaines dijo que una nueva guerra en Medio Oriente sería una “locura absoluta”, y aunque critió a Irán, dijo que sus acciones representaban las respuestas ya previstas a las medidas de Trump.

“Creo que el camino hasta el nivel de tensión actual empezó cuando el presidente Trump abandonó unilateralmente el acuerdo diplomático”, dijo Kaine el lunes.

Trump avivó las llamas el domingo con un tuit: “Si Irán quiere pelear, ese será el fin oficial de Irán”.

Pero el presidente estadounidense disminuyó al día siguiente las amenazas iraníes y llamó al diálogo.

Pocos esperan que los líderes iraníes se reúnan con Trump: la doctrina antiestadounidense es el punto central de la Revolución Islámica desde 1979. Pero el canciller iraní ha propuesto un intercambio de prisioneros, un paso que algunos expertos ven como una opción para retomar conversaciones de bajo nivel y reducir las tensiones.

En la entrevista, Pompeo dijo que se trataba de “apenas una insinuación” de que Irán tenga la intención de liberar a ciudadanos estadounidenses detenidos en el país.

“Si fueran a liberar a esos estadounidenses que están injustamente detenidos, sería algo bueno”, afirmó