Seis diócesis en California, incluyendo la de Los Ángeles, anunciaron el martes la creación de un “programa de compensación” destinado a menores que han sido víctimas de abusos sexuales por parte de miembros del clero, como una alternativa a los procesos judiciales.

“Esta nueva iniciativa tiene como objetivo proveer un apoyo pastoral y financiero a cualquier persona que haya sido abusada sexualmente por un sacerdote diocesano cuando era menor de edad”, dijo en una carta el arzobispo de Los Ángeles, José Gómez.

Según él, su diócesis ha brindado su ayuda y apoyo a los “sobrevivientes de víctimas durante muchos años”.

“Seguiremos haciéndolo. Pero también entendemos que algunos sobrevivientes de víctimas se muestran reacios a acudir a la iglesia en busca de ayuda. Nuestra esperanza con este nuevo programa es dar a estas personas la oportunidad de buscar reparación y curación a través de un programa independiente”, que será gestionado por dos mediadores que ya administran iniciativas similares en otros lugares de Estados Unidos, como Nueva York o Pensilvania, aseguró el arzobispo de Los Ángeles.

Según los responsables del clero en California, este fondo de compensación estará abierto a todas las víctimas de abuso cometidos por sacerdotes, ya sean inmigrantes que residen ilegalmente en Estados Unidos o víctimas que ya no pueden llevar sus casos a la justicia por una prescripción de los hechos.

Las víctimas no necesitarán tener un abogado. El proceso será gratuito y se llevará a cabo “amigablemente”, respetando la privacidad de las víctimas.

En total, las seis diócesis involucradas en esta iniciativa representan a unos 10 millones de católicos en California, donde viven muchos fieles con orígenes latinoamericanos.

Como sucede en otros países, la Iglesia en Estados Unidos atraviesa una profunda crisis de confianza debido a las revelaciones de agresión sexual, especialmente a menores, cometidas por sacerdotes durante décadas y que han sido encubiertas por su jerarquía.