La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, condenó este miércoles las “espantosas” ejecuciones masivas perpetradas en Arabia Saudita, y afirmó que al menos tres de los 37 ajusticiados eran menores cuando fueron condenados.

Las ejecuciones por actos de “terrorismo” tuvieron lugar el martes en seis regiones del reino sunita. Según Amnistía Internacional, la mayoría de los condenados eran de la minoría chiita.

“Condeno firmemente estas ejecuciones masivas espantosas […], a pesar de las preocupaciones expresadas a raíz de las mismas por numerosos relatores especiales de la ONU, por el Comité de la ONU para los Derechos del Niño y otros”, lamentó la Alta Comisionada, Michelle Bachelet.

En un comunicado, consideró que era “odioso” que al menos tres de los ejecutados fueran menores en el momento de su proceso. “Insto urgentemente al gobierno saudita a revisar inmediatamente su ley antiterrorista […] para prohibir la pena capital para menores”, afirmó.

Con estas ejecuciones, ya son más de 100 las personas ajusticiadas en Arabia Saudita en lo que va de año, según un recuento establecido a partir de comunicados oficiales.

Fabrice COFFRINI / Agencia France-Presse
Fabrice COFFRINI / Agencia France-Presse

Ejecutados por “terrorismo”

El pasado 23 de abril, se conoció una alarmante cifra desde Arabia Saudita. 37 ciudadanos condenados por “terrorismo” fueron ejecutados, tres años después de otra de decenas de personas que conllevó a la ruptura de las relaciones con Irán.

Las ejecuciones del pasado martes tuvieron lugar en cinco regiones: la capital Riad, las ciudades santas de La Meca y Medina, la región sunita de Al Qasim y la Provincia Oriental donde se concentra la minoría chiíta, según una declaración oficial del ministerio del Interior.

De acuerdo con Amnistía Internacional, el reino, que sigue una interpretación rigorista de la ley islámica, figura entre los países que aplican en mayor número la pena capital.

En su informe mundial sobre la pena de muerte de 2018, la organización indicó el 10 de abril que atrás de China -país que no publica estadísticas-, las naciones que recurrieron de manera más masiva a las ejecuciones son Irán (253), Arabia Saudita (149), Vietnam (85) e Irak (52).

“Sedición confesional”

Las 37 personas ejecutadas habían sido condenadas por “haber adoptado el pensamiento terrorista extremista” y de haber “formado células terroristas”, dijo el ministerio en su comunicado, publicado por la agencia oficial SPA.

Algunos fueron acusados de “sedición confesional“, un término que se usa generalmente en Arabia Saudita para los militantes chiitas.

En Arabia Saudita las ejecuciones suelen ser por decapitación pero el ministerio indicó que uno de los condenados del martes fue crucificado, un tratamiento reservado a los autores de crímenes considerados particularmente graves.

El reino no deja de repetir que está en guerra contra “todas las formas de terrorismo”. Después de las olas de atentados en la década de 2000, el país logró contener la amenaza de grupos yihadistas, pero sin erradicarlos totalmente.

El domingo cuatro sauditas murieron en un intento de atacar un cuartel general de las fuerzas de seguridad en el norte de Riad, en un atentado reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Al día siguiente las autoridades anunciaron la detención de 13 sospechosos de “actos terroristas” sin dar ninguna otra precisión.

Las últimas ejecuciones masivas en Arabia Saudita tuvieron lugar en enero de 2016, cuando 47 personas, también condenadas por “terrorismo”, entre ellas el jefe religioso chiita Nimr Baqer Al Nimr, fueron ejecutados el mismo día.

La ruptura con Irán

La provincia Oriental de Arabia Saudita suele ser escenario de conflictos desde 2011, año en que atravesó por un fuerte movimiento de protesta en el marco de la primavera árabe.

También fue cuna de Nimr Baqer al Nimr, un virulento crítico del régimen saudita y figura del movimiento de protestas.

La comunidad chiita representa, según las estimaciones, entre 10 y 15% de los 32 millones de sauditas, pero el poder, dirigido por una dinastía sunita, no publica ninguna estadística oficial.

La ejecución de Nimr Baqer al Nimr provocó manifestaciones en Irán en las cuales se atacaron representaciones diplomáticas sauditas.

Arabia Saudita decidió entonces en enero de 2016 romper sus relaciones diplomáticas con Irán, país al que acusa regularmente de “desestabilizar” el Golfo y de interferir en los asuntos internos de los países de la región.

Gaceta.es
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