¿Qué puede suceder si Estados Unidos cierra sus cruces fronterizos con México? En noviembre del pasado año, vimos un adelanto: cerca de 650 empresas del lado estadounidense del cruce fronterizo entre San Diego y Tijuana perdieron, según cifras de la Cámara de Comercio local, un total de casi cinco millones dólares en un día.

Poco antes, los oficiales de seguridad estadounidenses habían lanzado gases lacrimógenos contra los centroamericanos que intentaban romper la cerca entre México y Estados Unidos. La frontera permaneció cerrada durante varias horas.

Las pérdidas económicas fueron causadas por el cierre de un solo paso fronterizo, en un solo día. En total, la frontera entre México y Estados Unidos tiene más de 3.100 kilómetros de largo y cuenta con 48 pasos fronterizos, entre la costa del Pacífico y el Golfo de México.

Donald Trump quiere cerrar todos estos cruces. Ha amenazado con esto varias veces. Pero ha dicho que podría suceder esta semana. La probabilidad es alta, tuiteó el presidente de Estados Unidos. Su jefe de gabinete, Mick Mulvaney, ha asegurado a la cadena ABC que tendría que suceder algo “dramático” para que Trump no cumpla su amenaza.

Desastre económico

En esencia, el presidente de los Estados Unidos está preocupado por la migración desde Centroamérica. “Nuestras instalaciones de recepción están copadas y no aceptaremos más ilegales, por lo que el siguiente paso es cerrar la frontera”, tuiteó.

El número de arrestos en la frontera entre Estados Unidos y México ha aumentado en los últimos meses. En enero fueron 58.000 personas. En febrero, la cifra aumentó a 76.000
. En marzo, podría ser aún más alto. Frente a estos números, Mulvaney habló de una crisis de seguridad. El Secretario de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Kirstjen Nielsen, anunció que fortalecería aún más la seguridad en las fronteras. Ya la semana pasada se anunciaron 750 guardias fronterizos adicionales.

Pero, mientras la Casa Blanca practica su escalada verbal, los alcaldes de las ciudades fronterizas están horrorizados. Dee Margo, el alcalde republicano de la ciudad fronteriza de El Paso, por ejemplo, ha dicho al diario británico The Guardian que tiembla de solo pensar en el cierre: “Sería extremadamente perjudicial para nuestra economía”.

Según el argumento de Trump, un cierre de la frontera tendría un efecto positivo en el déficit comercial de EEUU, porque el país exporta significativamente menos bienes a México de los que importa de allí.

Trump ya ha acusado repetidamente a países que exportan más bienes a Estados Unidos de los que importan, de ser culpables del déficit comercial estadounidense.

Paltas caras y cintas detenidas

Pero la cuenta no es tan simple. Según cifras oficiales del propio Gobierno estadounidense, México, como tercer socio comercial, es también extremadamente importante para Estados Unidos.

El año pasado, ambos países intercambiaron bienes y servicios por valor de unos 612 mil millones de dólares, según anunció la Cámara de Comercio de los Estados Unidos el lunes. Esto es: casi 1.700 millones de dólares por día.

Después de China, México es el segundo consumidor más importante de productos estadounidenses. Lo que Trump planea ahora es “absurdo”, aseguró Gary Hufbauer, del Peterson Institute for International Economics, al New York Times: “Cerrar la frontera sur sería una catástrofe”.

Los precios de las frutas y verduras podrían subir repentinamente en Estados Unidos. Más del 80 por ciento de los tomates que se venden en Estados Unidos provienen de México. Lo mismo pasa con las paltas, muy populares en Estados Unidos.

Sin embargo, el golpe más fuerte podría ser para los fabricantes de automóviles, pues muchas piezas se fabrican en México y luego se procesan en EEUU. Y como las cadenas de suministro están estrechamente coordinadas, las línea de producción podrían quedar detenidas tras un cierre de frontera.