Donald Trump reiteró el jueves su amenaza de cerrar la frontera con México en una jornada en la que tiene previsto volver a la campaña con miras a la elección de 2020, después de que las autoridades estadounidenses informaran sobre un récord en las detenciones de inmigrantes.

“México no está haciendo NADA para ayudar a detener el flujo de inmigrantes ilegales a nuestro país. Todos son conversaciones y nada de acción”, tuiteó Trump y advirtió: “¡Puedo cerrar la frontera sur!”.

Trump también acusó de inacción a los países de América Central, de donde provienen muchos de los migrantes.

“Del mismo modo, Honduras, Guatemala y El Salvador han tomado nuestro dinero durante años, y no hacen nada. A los demócratas no les importan esas leyes MALAS”, escribió.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, respondió a Trump diciendo que su país “está atendiendo el tema” e insistió en que “deben atenderse fundamentalmente las causas que originan la migración”.

López Obrador señaló que su gobierno “va a ayudar” en todo lo que pueda. “No queremos de ninguna manera confrontarnos con el gobierno de Estados Unidos”, afirmó.

Trump ya ha hecho en el pasado amenazas similares.
En diciembre, en los primeros días del cierre del gobierno federal más largo de Estados Unidos, se comprometió a cerrar la frontera “por completo” si el Congreso no aprobaba fondos por 5.700 millones de dólares para levantar un muro.

Tras una parálisis presupuestaria que se extendió más de un mes y que viró en una crisis política por la negativa del Congreso a ceder, Trump reabrió el gobierno, pero justo después declaró una emergencia nacional para sortear al legislativo.

Su decisión provocó la condena tanto de sus rivales demócratas como de sus correligionarios republicanos.

Después de que su declaración de emergencia fuera censurada en el Congreso tanto por la Cámara, controlada por los demócratas, como en el Senado – donde los republicanos son mayoría y 12 senadores votaron alineados con la oposición – Trump se vio obligado a usar por primera vez el veto presidencial para avanzar con su iniciativa del muro.

Sus críticos lo acusan de abuso de autoridad y de exagerar el problema de la frontera, además de crear un peligroso precedente.