A la hora del almuerzo las terrazas de los cafés en la región de San Francisco suelen estar repletas de empleados de Google y otros gigantes informáticos. Pero estos días lucen en su mayoría desiertas a causa de la contaminación provocada por los incendios.

Unos cuantos transeúntes, algunos con máscaras en la cara, se apresuraban la tarde del lunes para entrar en las tiendas, buscando evitar el aire amargo del exterior.

Aunque el mortal incendio que causa destrozos alrededor del pueblo de Paradise está a 240 kilómetros de ahí, la región alrededor de la bahía de San Francisco está recubierta desde hace varios días de una espesa neblina tóxica.

El aire de San Francisco estaba catalogado el lunes de nocivo por décimo segundo día consecutivo. Purple Air, una empresa que mide la calidad del aire, determinó la semana pasada que el norte de California tenía el aire más viciado del mundo en ese momento.

“Si no tengo mi máscara, siento que puedo percibir los sedimentos en el aire”, dijo a la Agencia France-Presse (AFP) Eric Ryzl, mientras repartía paquetes.

Los meteorólogos estiman que las lluvias pronosticadas para este miércoles mejoren las condiciones del aire.

Revisa el video de María José Bastías, una chilena viviendo en esta ciudad:

Pekín era peor

Muchos liceos y universidades de la zona de la Bahía permanecieron cerrados el lunes y no deben reabrir hasta la semana próxima. Los que abrieron sus puertas a pesar de todo, cancelaron las actividades deportivas al aire libre.

Joanne Doria, una estudiante de secundaria de Los Altos, dice que porta una máscara “porque su papá se preocupa” y que procura salir lo menos posible.

“Las pequeñas partículas del humo pueden dañar tus pulmones y tengo un poco de asma así como antecedentes de neumonía”, explica.

Los parques y zoológicos estaban cerrados y las calles, usualmente abarrotadas a la hora del almuerzo, estaban silentes. Del otro lado de la bahía, un grupo llamado Mask Oakland planeaba entregar 50.000 máscaras a los sin techo y a otras personas vulnerables.

El icónico puente Golden Gate estaba cubierto de una calina mientras que el índice de calidad de aire se ubicaba en 172.

Todo lo que esté por encima de 151 es considerado insalubre y requiere que incluso las personas sanas eviten pasar demasiado tiempo a la intemperie.

Los destinos turísticos como la isla de Alcatraz estaban cerrados y varios residentes se desplazaron a los estados vecinos de Nevada y Oregon buscando un aire más fresco.

En la universidad de Berkeley, las clases fueron canceladas el lunes y martes, y la presidenta de la institución, Carol Christ, envió un mensaje a los estudiantes que permanecían en el campus para informarles sobre las bibliotecas y salas de estudio con el mejor sistema de filtración de aire.

El incendio “Camp Fire”, que arrasó con el pueblo de Paradise el 8 de noviembre y todavía sigue en llamas, es el peor en la historia californiana. Al menos 77 personas murieron, cerca de 1.000 están desaparecidas y más de 11.000 viviendas quedaron destruidas.

Alan Wang y sus tres hijos portaban máscaras mientras se metían en un café en Mountain View.

Aunque en las últimas dos semanas ha intentado limitar el tiempo que sus hijos pasan afuera, este agente inmobiliario cree que la situación no es tan mala como la que experimentó cuando estudiaba en China en los años noventa.

“Yo viví en Pekín y era mucho más asqueroso que esto”, lanza.