Estados Unidos impuso el jueves sanciones económicas a 17 sauditas presuntamente involucrados en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, entre ellos los principales asesores del príncipe heredero Mohamed bin Salmán.

El gobierno de Donald Trump tomó esta medida después de que, en Ríad, el fiscal general saudita pidió la pena de muerte para cinco funcionarios acusados en el caso, pero eximió de culpa al príncipe heredero, conocido como “MBS”.

El secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, dijo que los 17 funcionarios sauditas fueron sancionados por su participación en “el aborrecible asesinato” de Khashoggi.

“Estas personas que atacaron y mataron brutalmente a un periodista que residía y trabajaba en Estados Unidos deben enfrentar consecuencias por sus acciones”, dijo en un comunicado.

La decisión de Washington tiene lugar en medio de la ira generalizada de los aliados de Arabia Saudita por el asesinato y desmembramiento de Khashoggi, ocurrido el 2 de octubre en el consulado saudí en Estambul.

Khashoggi, de 59 años, era un periodista saudí que escribía para el Washington Post y otros medios internacionales. Se había convertido en uno de los principales críticos de “MBS”, el hijo del rey Salmán bin Abdulaziz

Entre los 17 sancionados están Saud al Qahtani y Maher Mutreb, asistentes muy cercanos del poderoso príncipe, y Mohamed Alotaibi, quien era el cónsul general en Estambul cuando Khashoggi fue asesinado.

El Tesoro de Estados Unidos dijo que Qahtani, mano derecha del príncipe Mohamed, “fue parte de la planificación y ejecución de la operación” para matar a Khashoggi.

Pero no apuntó al príncipe heredero, quien el gobierno saudita insistió en que no ordenó el asesinato.

Las sanciones, enmarcadas en la Ley Magnitsky, que castiga a personas señaladas de incurrir en actos de corrupción o involucradas en violaciones a los derechos humanos, congelan los activos que los 17 funcionarios tengan bajo jurisdicción de Estados Unidos y prohíben a personas o empresas estadounidenses hacer negocios con ellos.

Bajo fuerte presión de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Turquía, Ríad admitió que Khashoggi fue asesinado en el consulado en Estambul y dijo que castigaría a los involucrados.

La oficina del fiscal general saudita anunció más temprano que 21 personas habían sido puestas bajo custodia y que se habían presentado cargos contra 11 de ellos. Cinco pueden ser ejecutados por el asesinato, según el fiscal.

Mnuchin dijo que Washington seguiría exigiendo a Ríad que se haga justicia en el caso.

“Estados Unidos continúa trabajando diligentemente para determinar todos los hechos y responsabilizará a cada uno de los que consideremos responsables”
, afirmó.

“El gobierno de Arabia Saudita debe tomar las medidas adecuadas para poner fin a cualquier ataque a los disidentes políticos o periodistas”, dijo Mnuchin.