El elegido de Donald Trump para la Corte Suprema de Estados Unidos, el juez conservador Brett Kavanaugh, rechazó este lunes una nueva acusación de agresión sexual en su contra y afirmó que no retirará su candidatura para el máximo tribunal.

“Son calumnias, simple y llanamente”, dijo en un comunicado. “No me intimidarán para que me retire de este proceso”, añadió en el texto destinado a la Comisión Judicial del Senado encargada de examinar su candidatura.

El juez conservador dijo que las acusaciones de que agredió a mujeres hace más de tres décadas forman parte de un intento de “último minuto” de acabar con su reputación para obligarlo a retirarse.

“Hay una histeria para sacar algo, cualquier cosa, que bloquee este proceso y que impida la votación de mi confirmación”
, aseguró.

El domingo, la revista The New Yorker publicó el testimonio de Deborah Ramirez, una compañera de Kavanaugh en la Universidad de Yale, que lo acusó de haberse exhibido en una fiesta en la década de 1980 y de haberla obligado a tocarle los genitales.

Una semana antes, una conocida de Kavanaugh de la misma época, Christine Blasey Ford, de 51 años, denunció en el diario The Washington Post, que el juez la había agredido sexualmente en una fiesta.

Hasta el momento, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha mantenido un apoyo inquebrantable a su candidato a la Corte Suprema.

Para Trump colocar a un juez conservador en un cargo vitalicio en la alta corte sellaría su objetivo de poner en minoría a los jueces progresistas o moderados durante muchos años en el tribunal.

Esta jurisdicción dirime cuestiones fundamentales de la sociedad estadounidense, como el derecho al aborto, a portar armas de fuego y los derechos de las minorías.