Brett Kavanaugh, nominado por el presidente Donald Trump para ocupar una vacante en la Suprema Corte, fue objeto de una nueva acusación de mala conducta sexual en momentos en que el comité judicial del Senado se dispone a escuchar el jueves el testimonio de una primera acusadora.

Este domingo se acordó la fecha y la hora del testimonio de Christine Blasey Ford, que la semana pasada acusó al magistrado de agresión sexual, tras días de tensas negociaciones entre los republicanos de la comisión judicial del Senado y los abogados de esta profesora universitaria de 51 años.

“Pese a las amenazas actuales a su seguridad y su vida, la Dra. Ford cree que es importante que los senadores la escuchen directamente”, dijeron sus abogados citados por la prensa.

Aunque inicialmente reclamaba testificar después de su acosador, Blasey Ford aceptó a la postre ser escuchada en primer lugar.

En su acusación, publicada inicialmente por The Washington Post, Blasey Ford explicó que Kavanaugh y un amigo, “totalmente borrachos”, la habían arrinconado en un cuarto, la tiraron sobre una cama y pretendieron desnudarla, antes de que ella lograra escapar.

La agresión habría ocurrido durante una fiesta de adolescentes en la década de 1980, en los suburbios de Washington. Ella tenía 15 años y él 17. Kavanaugh lo ha desmentido vigorosamente.

Ahora, la revista The New Yorker informó este domingo que los senadores demócratas investigan una nueva acusación contra Kavanaugh, complicando aún más la situación del juez.

Deborah Ramirez, de 53 años, dijo a la revista que durante un fiesta estudiantil en los años 1980 en la Universidad de Yale, Kavanaugh le puso los genitales en la cara y le hizo tocarlos sin su consentimiento.

Kavanaugh negó el incidente y calificó la acusación de “difamación, simple y llana”.

“Las personas que me conocieron entonces saben que eso no ocurrió”, indicó en un comunicado publicado por la revista.

¿Impacto en las elecciones?

A pocas semanas de las elecciones de mitad de mandato, que los demócratas pretenden transformar en un referéndum anti Trump, la importancia de estas audiencias es doble.

Los testimonios de Blasey Ford y Kavanaugh podrían tener un impacto en el resultado de los comicios, y también en una derechización de la Corte Suprema de Justicia.

La fecha para la votación sobre la nominación del juez a la Corte Suprema es objeto de tensas negociaciones.

Los republicanos podrían perder su mayoría en el Congreso, con lo que se pone en riesgo su capacidad de confirmar al candidato de Trump. El objetivo, entonces, es hacerlo antes del 6 de noviembre.

Los demócratas, en tanto, apoyan la solicitud de Blasey Ford de ser escuchada por el FBI, lo que retrasaría el proceso de confirmación.

En una carta dirigida el domingo a Trump, el jefe de la bancada demócrata en el Senado, Chuck Schummer, y su par de la Cámara de Representantes, Dianne Feinstein, pidieron al presidente que ordene al FBI la apertura de una investigación sobre la presunta agresión a Blasey Ford.

Plantean que las conclusiones de esa investigación sean comunicadas a los senadores antes de la audiencia de confirmación, como fue el caso en 1991 cuando el juez Clarence Thomas, candidato de George Bush a la Corte Suprema, fue acusado de acoso sexual por una excolega.

Trump se opuso hasta ahora a la intervención del FBI en este tema.

Contraataque

El domingo, los republicanos integrantes de la comisión judicial del Senado, que la controlan, contraatacaron y revelaron que habían conducido su propia investigación.

En un comunicado, citan los nombres de tres personas que según Blasey Ford habrían estado presentes durante la agresión.

Contactadas por los senadores republicanos, las tres afirmaron no recordar nada de los hechos.

Sostienen también que la excompañera de clase de Blasey Ford que el miércoles posteó en Facebook un mensaje en el que dice que el incidente tuvo efectivamente lugar luego se retractó.

El jueves, la mujer declaró a la radio pública NPR que no tenía “ninguna idea” acerca de si la agresión había ocurrido o no.

Trump acudió al rescate de su candidato el viernes, luego de haberse mantenido relativamente al margen, poniendo en duda la veracidad de lo afirmado por la docente universitaria.

“Si el ataque contra la doctora Ford fue tan terrible como cuenta, entonces se habrían presentado cargos de manera inmediata ante las autoridades locales”, tuiteó el mandatario defendiendo a Kavanaugh.

Miles de personas protestaron por la puesta en duda de la palabra de la profesora y hablaron públicamente de sus casos, explicando, bajo el hashtag #WhyIDidntReport, por qué no los denunciaron en el momento en que ocurrieron.

Aún es incierto si los señalamientos contra Kavanaugh influirán en las elecciones de noviembre. Lo que sí es un hecho es que tras la eclosión del movimiento #MeToo hay un récord de mujeres que se presentaron a los comicios de medio mandato, en cuyas campañas este caso ha tenido especial eco.