La acusación de agresión sexual contra el candidato de Donald Trump a la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, basada en hechos presuntamente ocurridos hace 36 años, plantea complejas cuestiones legales, técnicas y morales.

El nominado por el presidente para este cargo vitalicio, el juez conservador Brett Kavanaugh, de 53 años, es acusado por la académica Christine Blasey Ford de agredirla sexualmente cuando ambos eran adolescentes. Kavanaugh, hoy juez de un tribunal de apelaciones, lo niega enérgicamente.

¿El caso podría ser juzgado?

Blasey Ford dice que el incidente tuvo lugar alrededor de 1982 en una fiesta con estudiantes de escuelas de élite en el rico suburbio de Bethesda, Maryland, en las afueras de Washington DC. Afirma que Kavanaugh, borracho, la inmovilizó en una cama mientras trataba de desvestirse, mientras otro joven observaba, pero que ella se las arregló para escapar.

Blasey Ford no ha presentado cargos penales, pero si lo hiciera, el caso sería investigado en Maryland, donde los delitos graves de agresión sexual no prescriben. Sin embargo, sin sólida evidencia, los fiscales podrían negarse a tomar el caso. Eso dejaría al acusador la alternativa de presentar una demanda civil contra el atacante.

Hasta el momento, los abogados de Blasey Ford solo han solicitado al FBI que investigue las acusaciones como parte de su pesquisa oficial de antecedentes sobre la idoneidad de Kavanaugh para convertirse en juez de la Corte Suprema. Si el FBI lo investiga, sólo enviaría sus conclusiones, y no un veredicto, a la Casa Blanca para su uso.

¿Por qué esperar 36 años para hablar?

Blasey Ford dijo que cuando todo ocurrió tenía 15 años y temía que sus padres descubrieran que estaba en una fiesta donde había alcohol. Estaba traumatizada, y recién habló de lo ocurrido en 2012, cuando le contó a su psicóloga.

Cuando Kavanaugh apareció en la lista de candidatos de Trump para la Corte Suprema, Blasey Ford le confió lo ocurrido a la senadora Dianne Feinstein de California, pero insistió en no ser identificada por temor a represalias.

“Desde una perspectiva de la defensa, siempre somos escépticos de los adultos que esperan mucho tiempo para hacer acusaciones graves”,
explicó Tom Pavlinic, un abogado de Maryland especializado en delitos sexuales. “Pero el clima político es más bien indulgente con las personas que esperan”, dijo a AFP.

El estallido del movimiento #Metoo, que en el último año destapó decenas de casos de abuso sexual de distintas personalidades, ha sensibilizado a los estadounidenses sobre la dificultad que supone denunciar a los agresores.

Según el Departamento de Justicia, más de 325.000 personas fueron víctimas de violación o asalto sexual en 2016, pero sólo el 22,9% de los casos se reportaron a la policía.

¿Se puede confiar en la memoria de los protagonistas?

Hace 35 años, los adolescentes no tenían cuentas de Facebook, Instagram o Snapchat y los elementos materiales “desaparecieron”, dijo Pavlinic. Eso hace que el caso sea uno de “palabra contra palabra”. Y Blasey Ford no recuerda todos los detalles del incidente.

“El problema es que la Dra. Ford no puede recordar cuándo fue, dónde estaba o cómo ocurrió”, dijo el martes el senador republicano John Cornyn.

Lisae Jordan, directora ejecutiva de la Coalición de Maryland contra el asalto sexual, dijo que no es raro que las víctimas recuerden solo algunos detalles.

“Los recuerdos pueden verse afectados por el tiempo, pero también pueden volverse un trauma”
, dijo a la AFP. “Esta es una parte natural de la respuesta del cerebro”.

Pero eso no significa que un caso dependa de la falta de evidencia de la época.

“Creo que no existe algo como ‘él dijo, ella dijo"”, explicó la exfiscal de Manhattan Linda Fairstein al Washington Post. El trabajo de investigación de un fiscal “es precisamente estudiar cada minuto, de manera que los detalles inclinen la balanza a favor de una parte”, indicó.

¿Cuán caro debe pagarse un “error de juventud”?

Algunos argumentan que un supuesto “error de juventud” no debería descalificar a una persona con un largo historial de buena conducta posterior, como parece ser el caso de Kavanaugh.

Sin embargo, los partidarios de Blasey Ford dicen que su afirmación, de ser cierta, dice mucho sobre cómo es Kavanaugh.

“Con respecto a la Corte Suprema, se trata de una posición de élite, en la cual es un privilegio ser confirmado. Y podría decirse que los estándares son mucho más altos”, dijo la exjueza federal Nancy Gertner al New York Times.

Y si Kavanaugh mintió sobre el incidente, “el encubrimiento es peor que el delito”, apuntó Pavlinic.