El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, admitió este miércoles que la relación con Rusia es actualmente peor que durante la Guerra Fría y culpó por ello a la investigación sobre la alegada injerencia de Moscú en las elecciones de 2016.

En una secuencia de mensajes en Twitter, Trump primero advirtió a Rusia que lanzará misiles en Siria, luego lamentó el estado de las relaciones bilaterales con Moscú y finalmente responsabilizó por ello a la investigación sobre la alegada injerencia rusa.

El fiscal especial Robert Mueller conduce una investigación para determinar si esa injerencia rusa en la carrera presidencial de 2016 se realizó en colusión con el comité de campaña de Trump, quien niega de plano cualquier complicidad.

Trump se había guardado durante un año de criticar abiertamente a Mueller, de filiación republicana y un respetado exdirector del FBI designado por el expresidente George W. Bush en 2001, cuya investigación se ha cobrado a varias figuras del gobierno con cargos que van desde lavado de dinero a mentir bajo juramento.

“Mucha de la animosidad con Rusia es causada por la falsa y corrupta investigación sobre Rusia, encabezada por leales del partido demócrata o gente que trabajó para (el expresidente Barack) Obama”, afirmó Trump.

Ante este cuadro, senadores de los dos partidos políticos presentaron este mismo miércoles un proyecto de ley que determina que un fiscal general solamente puede ser alejado de su cargo por un alto ejecutivo del Departamento de Justicia y al fin de una revisión del caso que puede revertir el despido.

Caos y sentido común

Pese a que reconoció el pésimo estado de las relaciones bilaterales con Moscú, Trump afirmó que los dos países se beneficiarían más de una cooperación.

“No hay motivo para esto. Rusia nos necesita para que la ayudemos con su economía, algo que sería muy fácil de hacer, y necesitamos que todas las naciones trabajen juntas. ¿Detener la carrera armamentista?”, dijo en un tuit.

En tanto, en Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió ante diplomáticos extranjeros que “la situación en el mundo se torna más y más caótica. Sin embargo, esperamos que el sentido común se imponga y que las relaciones internacionales tomen una dirección constructiva”, sin mencionar explícitamente a Estados Unidos.

El histórico distanciamiento entre Washington y Moscú se convirtió recientemente en un enorme foso a raíz de la posición que ambos países adoptan respecto al conflicto en Siria, aliados con las partes opuestas en el conflicto.

La tirantez se agravó ante un supuesto ataque químico el pasado fin de semana en Duma, del que Washington y otros países responsabilizan a Damasco y Moscú.

Trump amenazó con lanzar misiles contra posiciones sirias en respuesta al supuesto ataque químico. Moscú respondió advirtiendo que derribará todos los misiles estadounidenses.

‘Prepárate, Rusia’

“¡Prepárate, Rusia, porque (los misiles) llegarán, lindos, nuevos e ‘inteligentes’! ¡No deberían ser socios de un Animal Asesino con Gas que mata a su pueblo y lo disfruta!”, tuiteó Trump este mismo miércoles.

Ya el ministerio sirio de Relaciones Exteriores había considerado “irresponsables” las declaraciones del presidente estadounidense.

En este marco de esta peligrosa escalada retórica sobre el sangriento conflicto armado, Turquía -otro actor fundamental en Siria- instó a Washington y Moscú a poner fin a la “pelea callejera”, según palabras del primer ministro Binali Yildirim.

Uno dice ‘Yo tengo los mejores misiles’, otro dice ‘No, los míos son mejores!’ (…) Es una pelea callejera. ¿Y quién paga el precio? (…) Los civiles”, declaró Yildirim en un discurso en Estambul.

Turquía se halla en medio, entre su aliado de la OTAN (Estados Unidos) y Rusia, con la que tiene cada vez mejores relaciones.

El Kremlin, en tanto, hizo saber que “no participamos en la tuito-diplomacia” de Trump. “Somos partidarios de acercamientos serios”, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, citado por las agencias rusas.