Estados Unidos debe recuperar su supremacía militar sobre Rusia y China, priorizar su preparación para la guerra y compartir el fardo de la seguridad mundial con sus aliados, afirmó el secretario de Defensa, Jim Mattis, en su nueva “Estrategia de Defensa Nacional” publicada este viernes, pese a que EEUU tiene el mayor presupuesto militar de todo el mundo.

El gobierno de Donald Trump ve con preocupación que las fuerzas armadas estadounidenses estén sintiendo los efectos de años de escasez de presupuesto y atrofia, y considera que es necesario devolverlas a su estado ideal de fortaleza.

Parte lista de deseos, parte modelo para los próximos años, la estrategia de defensa nacional del Pentágono apunta a incrementar el número de efectivos del ejército, mejorar su preparación y trabajar con aliados, todo mientras opera en varios frentes en Europa, Medio Oriente y Asia.

“Esta estrategia marca mi intención de buscar un cambio urgente a una escala significativa”, señaló Mattis en el documento con el cual la presenta.

“Debemos utilizar enfoques creativos, realizar inversiones sostenidas y ser disciplinados en la ejecución para lograr ajustar las Fuerzas Conjuntas a nuestro tiempo, para que compitan, disuadan y ganen en este entorno de seguridad cada vez más complejo”, añadió.

Elbridge Colby, subsecretario de defensa adjunto para estrategia y desarrollo de la fuerza, dijo a periodistas que la estrategia de Mattis busca lidiar con la “erosión” de la ventaja militar de Estados Unidos.

“Lo que reconoce es que China y Rusia en particular han trabajado diligentemente durante varios años para desarrollar sus capacidades militares y desafiar nuestras ventajas militares”, dijo.

Competidores estratégicos

La nueva estrategia de defensa sigue los lineamientos de la estrategia de seguridad nacional de Trump, lanzada el mes pasado y que también destaca el papel de China y Rusia en el ámbito de la seguridad global.

“China es un competidor estratégico que usa una economía depredadora
para intimidar a sus vecinos mientras militariza el Mar del Sur de China”, escribió Mattis.

“Rusia ha violado las fronteras de las naciones cercanas y busca aplica el poder de veto sobre las decisiones económicas, diplomáticas y de seguridad de sus vecinos”, agregó.

Los dos países reaccionaron con furia a la estrategia de seguridad de Trump. Pekín acusó a Washington de tener una “mentalidad de Guerra Fría”, mientras que Moscú denunció su “carácter imperialista”.

Mattis también apuntó contra Irán y Corea del Norte por sus amenazas a la paz mundial.

La estrategia de seguridad de Trump contrasta con el carácter amistoso de su primera visita de Estado a Pekín en noviembre, cuando fue recibido con una generosa bienvenida y elogió repetidamente al presidente Xi Jinping.

Una de las mayores críticas en el Pentágono y en el Capitolio es que el Ejército de Estados Unidos adolece de una falta de preparación, con tropas y equipamiento que no reciben la capacitación o el mantenimiento que necesitan.

“La forma más segura de evitar una guerra es estar preparado para ganar una”, dijo. “Hacerlo requiere un enfoque competitivo para el desarrollo de la fuerza y ​​una inversión constante y de muchos años para restablecer la preparación para la guerra y desplegar una fuerza letal”.

La estrategia de Mattis también requiere una mayor coordinación con los aliados, a quienes Trump en la campaña criticó por no hacer lo suficiente para compartir el fardo de defender el orden mundial surgido tras la Segunda Guerra Mundial.

“Esperamos que los aliados europeos cumplan sus compromisos de aumentar los gastos de defensa y modernización para reforzar la alianza frente a nuestras preocupaciones de seguridad compartidas”, dijo Mattis.

El documento no menciona el cambio climático, que durante el gobierno de Obama fue reconocido como una amenaza a la seguridad nacional. Trump ha afirmado que el calentamiento global es un engaño y anunció el retiro de Estados Unidos del histórico Acuerdo de París que busca limitarlo.