El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se metió este jueves en una frenética negociación para lograr un acuerdo presupuestario en el Congreso, imponiendo condiciones y confundiendo a su propio partido en vísperas de una posible parálisis del gobierno federal.

Los legisladores tienen hasta la medianoche del viernes para alcanzar un consenso para financiar el gasto y evitar el cierre parcial de la administración, una debacle que ocurrió por última vez en 2013 cuando cientos de miles de funcionarios fueron despedidos por más de dos semanas.

“Es muy posible” que el Estado federal cierre el viernes, dijo el presidente culpando a los demócratas.

Antes había advertido que una parálisis sería “devastadora” para el gobierno, al tiempo que rechazaba de antemano una solución temporal para el programa de salud pública para niños pobres (CHIP en inglés), que legisladores oficialistas quieren renovar por seis años para complacer a la oposición demócrata.

Los republicanos, que dominan el Senado y la Cámara, quieren un presupuesto para 2018 que aumente el gasto militar, una promesa de campaña de Trump, que considera que las fuerzas armadas tienen equipamiento insuficiente después de más de 16 años de guerra ininterrumpida.

“Estamos reconstruyendo nuestro ejército (y el cierre) sería lo peor para él”, dijo el jueves el presidente de visita al Pentágono.

Demócratas

A cambio de sus votos, los demócratas piden regularizar a unos dos millones de “dreamers” (soñadores), jóvenes que ingresaron ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niños y que corren el riesgo de deportación luego de que Trump derogara en septiembre del año pasado el programa DACA de la era Obama, que les otorgaba residencia temporal.

Los republicanos pretenden votar el jueves por la tarde un nuevo acuerdo de financiamiento temporal, hasta mediados de febrero, y la continuación del CHIP durante seis años, sin incluir medidas de inmigración.

En una andanada de tuits matutinos, Trump presionó al Congreso y a los demócratas acusándolos ​​de obstrucción.

“Una parálisis del gobierno tendrá consecuencias devastadoras en nuestras fuerzas armadas… a los demócratas no les importa”, señaló.

Y dijo que el CHIP “debería ser parte de una solución a largo plazo, no una extensión de 30 días o de corto plazo”.

Evitar el “caos”

El proyecto de presupuesto negociado en el Congreso “incluye una extensión del CHIP por seis años, no por 30 días”, replicó el senador republicano John Cornyn en Twitter. Pero la propuesta no parece satisfacer a los demócratas.

“Queríamos diez años, queríamos un CHIP definitivo que, por cierto, ahorrara 6.000 millones de dólares (y) los republicanos se negaron”, apuntó la líder de la minoría demócrata en la Cámara, Nancy Pelosi.

El presidente de la Cámara, el republicano Paul Ryan, jugó la carta patriótica diciendo que los demócratas “continúan reteniendo la financiación del ejército por cuestiones no relacionadas y fechas límite que no existen”, en referencia al destino de los “dreamers”.

Un acuerdo interino no es la solución ideal, pero evitará el “caos”, dijo a periodistas, asegurando que las discusiones avanzaban. Ryan también debe enfrentar los reclamos de los republicanos ultraconservadores, opuestos a cualquier concesión sobre asuntos de inmigración.

Los republicanos se han mostrado de acuerdo en resolver la situación de los “soñadores”, que han quedado en el limbo y desde marzo podrán ser deportados.

Pero Trump exige que cualquier ley sobre inmigración incluya fondos para el muro en la frontera con México que prometió construir durante la campaña electoral, así como otras medidas como el fin de la reunificación familiar (“migración en cadena”) y la abolición de la lotería anual de la “green card”, el permiso de residencia.

Trump, que ha hecho de la lucha contra la inmigración ilegal una prioridad de su gobierno, también reiteró el jueves que el muro debería ser parte del acuerdo presupuestario.

“Si no hay muro, ¡no hay acuerdo!”, dijo el presidente en otro mensaje en Twitter.

Trump quiere que el Congreso financie su proyecto, que “debe detener el flujo masivo de drogas desde México, ahora clasificado como el país más peligroso del mundo”, según tuiteó.

Los demócratas, que se niegan a financiar una obra que consideran simboliza una política xenófoba, pueden bloquear todo en el Senado, donde se requerirá una mayoría calificada de 60 votos en 100.

Sin embargo, el senador republicano Lindsey Graham dijo el miércoles por la noche que los demócratas habían acordado algunos aspectos de la financiación del muro.