Dos sobrevivientes del tiroteo en una iglesia bautista en Texas, relataron cómo fue el momento en que inició la balacera al interior del templo, donde expresaron la dramática escena que experimentaron.

El diario El País de España entrevistó a través de su cuenta de Facebook Live a Joaquín Ramíez y Rosana Solis, una pareja mexicana que estaba al interior de la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, cuando Devin Patrick Kelley mató a tiros a 26 personas este domingo.

Ramírez cuenta que el hombre ingresó enojado a la iglesia y que dijo que se iban a morir todos, niños y adultos, agregando que el atacante llevaba consigo tres metralletas.

“Primero mató a la gente que estaba a la entrada de la iglesia. También mató a la joven que estaba hablando de Dios. No recuerdo cómo se llamaba ella. La agarró así a quemarropa. Los niños lloraban y el asesino se acercaba y les tiraba”, expresó el hombre.

El hombre cuenta que primero mató a la gente que estaba a la entrada de la iglesia, incluyendo a unos músicos, después avanzó disparando por el templo y realizó una ráfaga de disparos contra una banca, donde se habían escondido unos niños.

“Todos estaban espantados, los niños lloraban, gritaban y pedían auxilio”, indicó Ramírez.

Ambos resultaron heridos de bala por el tiroteo, él recibió un impacto en su pie izquierdo, mientras que su esposa tiene heridas en su brazo izquierdo y su espalda, aunque ambos fueron dados de alta y se encuentran en su casa.

“Yo pensaba que el domingo iba a ser mi último día. Le rezaba a Dios que no me muriera (…) Veía gente con sangre, había un niño tirado que gritaba ‘ayúdenme’ ‘ayúdenme"”, agrega Solís.

El móvil del crimen parece originado en un conflicto familiar, según un oficial de la policía texana, Freeman Martin.

La suegra de Kelley frecuentaba la iglesia donde cometió la masacre, aunque ella no estaba presente el domingo.

Según Martin, el atacante había enviado “un mensaje amenazador” hacia su suegra.