26 personas murieron durante una de las jornadas más sangrientas que se han vivido en los últimos años en Texas, luego de que Devin Patrick Kelley, un exmilitar con problemas familiares, disparara contra medio centenar de personas que celebraba un servicio religioso en una iglesia de la comunidad de Sutherland Springs.
Fueron varios niños, jóvenes y adultos mayores los que perdieron la vida durante el horrendo crimen, que tuvo como una de sus víctimas a la abuela de la esposa de Kelley, Lula White de 71 años, según señaló CNN.
En esta línea, las autoridades dieron a conocer que Kelley tenía problemas familiares, debido a un conflicto interno que incluía agresiones contra su esposa e hijo, lo que en algún momento le costó graves sanciones y la expulsión desde la Fuerza Aerea de los Estados Unidos.
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Asimismo descartaron motivos raciales o religiosos en este ataque, que pudo haber tenido como objetivo a los familiares de su esposa. De hecho, ya se confirmó que el autor de los disparos había enviado mensajes amenazantes a la madre de su esposa, quien habitualmente frecuentaba la iglesia atacada.
