Las audiencias de sentencia del soldado estadounidense Bowe Bergdahl, rehén de los talibanes en Afganistán durante cinco años tras haber abandonado su puesto de trabajo y quien podría ser condenado a cadena perpetua, comenzaron este lunes entre señalamientos al presidente Donald Trump.

El sargento Bergdahl, de 31 años, que la semana pasada fue acusado de deserción y de haber puesto en peligro la vida de sus camaradas de combate, acudió en traje de gala al tribunal militar de la base de Fort Bragg, en Carolina del Norte (sureste), donde tiene lugar el juicio.

Sin embargo, la audiencia terminó solo una hora después de haber comenzado luego de que el juez, el coronel del ejército Jeffery Nance, escuchara una moción del abogado de Bergdahl según la cual los ataques de Trump al sargento implican que éste no podrá recibir una sentencia justa.

El juez revisará la moción y dará su decisión el próximo miércoles, cuando se retomen las audiencias.

Como Bergdahl, que fue liberado por los talibanes en 2014 en un intercambio de prisioneros, se declaró culpable de los cargos, dejó al magistrado toda la libertad para decidir la sentencia y se expone hasta a cinco años de prisión por deserción, y a cadena perpetua por mala conducta ante el enemigo.

Pero también podría ser absuelto si el juez considera que abandonó su puesto de trabajo para informar a otra unidad de problemas en su posición, tal y como argumentó el soldado.

Bergdahl fue capturado por los talibanes después de haber dejado su posición cerca de la frontera con Pakistán el 30 de junio de 2009, por motivos que no son del todo claros.

Estuvo cautivo durante cinco años hasta que el gobierno de Estados Unidos aceptó intercambiarlo por cinco talibanes detenidos en Guantánamo.

El juez escuchará los testimonios de dos soldados que resultaron heridos en el transcurso de las largas operaciones de búsqueda que siguieron a su desaparición.

Durante la campaña electoral del año pasado, Trump sugirió reiteradamente que Bergdahl debía ser ejecutado. Tras ganar la presidencia, aseguró que revisaría el caso y tildó al sargento de “traidor sucio y podrido”.