El estado de Florida ejecutó este jueves al reo Mark Asay, condenado por dos asesinatos, sustituyendo el polémico midazolam por un anestésico que nunca antes había formado parte de la inyección letal en Estados Unidos.

También fue la primera ejecución que tiene lugar en Florida tras una suspensión de 18 meses debido a obstáculos legales en el sistema con el cual se imponía la sentencia a muerte.

Asay, de 53 años, fue condenado a muerte en 1988 por los asesinatos racistas el año anterior de Robert Lee Booker y Robert McDowell en Jacksonville, en el norte de Florida.

“La sentencia del estado de Florida contra el reo Mark Asay fue aplicada a las 18:22 (19:22 de Chile)”, informó el Departamento de Prisiones de Florida en un comunicado.

Su última comida fue a las 09:30 de la mañana, cuando “pidió chuletas de cerdo, jamón frito, papas fritas, helado de vainilla y una lata de Coca Cola”, dijo a la Agence France-Presse la oficina de comunicaciones.

Asay es el primer reo en ser ejecutado en este estado desde Oscar Ray Bolin el 7 de enero de 2016, cinco días antes de que la Corte Suprema de Justicia fallara que las ejecuciones en Florida eran inconstitucionales porque no garantizaban la decisión unánime del jurado. Todas las ejecuciones fueron suspendidas desde entonces.

Finalmente, en marzo de este año, el gobernador Rick Scott firmó una ley que exige que un jurado pida unánimemente la pena de muerte para que ésta pueda ser impuesta por el juez.

“El Departamento de Prisiones de Florida respeta la ley y lleva a cabo la sentencia del tribunal”, dijo a la Agence France-Presse la portavoz Ashley Cook, añadiendo que el principal objetivo de la administración penitenciaria es garantizar que “el procedimiento de la inyección letal sea un proceso humano y digno”.

En el cóctel de tres fármacos que forman parte de la inyección letal, las autoridades penitenciarias sustituyeron el ansiolítico midazolam por el etomidate, un anestésico que no había sido utilizado hasta ahora con este fin.

El midazolam ha generado gran polémica y numerosos contratiempos legales porque, según sus críticos, no siempre es suficiente para sedar a los prisioneros y puede causar un sufrimiento excesivo.

“Muy peligroso”

Pero el etomidate, de nombre comercial Amidate, también causaba resquemores en la comunidad médica.

Es un anestésico de difícil administración que puede causar severas irritaciones y quemaduras, advirtió el cirujano Jonathan Groner, profesor en la Universidad Estatal de Ohio y detractor de la pena de muerte.

Se trata de “un fármaco muy especializado y muy peligroso de administrar vía intravenosa, porque puede causar quemaduras muy serias si no se hace bien”, dijo Groner a la Agence France-Presse.

Además, el etomidate “duele si es inyectado en venas dañadas, y muchas de las personas en el corredor de la muerte tienen venas dañadas debido a la edad o porque tienen una historia de abuso de drogas”.

Los abogados de Asay intentaron sin éxito evitar el uso de este medicamento y la Corte Suprema de Justicia decidió a media tarde no bloquear una apelación de última hora.

Janssen, una división de la farmacéutica Johnson & Johnson que creó el etomidate, reclamó que su medicamento no fue diseñado para matar prisioneros.

“Janssen descubre y desarrolla innovaciones médicas para salvar y mejorar vidas”, dijo el martes Greg Panico, portavoz de Janssen, al diario Washington Post. “No aprobamos el uso de nuestras medicinas en inyecciones letales para la pena capital”.

Florida ha ejecutado a 92 reos desde que se reinstaló la pena de muerte en el estado en 1976.

Asay fue el primer hombre blanco condenado por matar a un hombre negro en ser ejecutado en Florida desde esa fecha, de acuerdo al Centro de Información para la Pena de Muerte.

Según a la fiscalía, Asay mató a Booker, un hombre negro, luego de proferirle epítetos racistas. Su otra víctima, McDowell, era una travesti a la que mató tras pagarle por sexo.