El primer ministro australiano intentó este viernes restar importancia a la filtración de una conversación acalorada con el presidente estadounidense Donald Trump a propósito de la acogida de refugiados.

El diario The Washington Post publicó el jueves la transcripción de conversaciones telefónicas de Trump con su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, y el australiano Malcolm Turnbull.

En la charla que Trump y Turnbull mantuvieron hace seis meses, ambos abordaron un acuerdo firmado por Canberra con la administración del anterior inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama, sobre la acogida en Estados Unidos de refugiados que Australia mantenía en centros de internamiento en el Pacífico.

El presidente estadounidense mostró su descontento con un acuerdo que calificó de “estúpido”.

La transcripción también reveló contradicciones con las declaraciones que el Gobierno australiano hizo sobre dicho acuerdo, en concreto cuando afirmó que el pacto no implicaba acoger a refugiados procedentes de Estados Unidos a cambio.

“Acogeremos a quienes quieran”, le dijo Turnbull a Trump. “Las únicas personas a las que no aceptamos son las que llegan por barco. Preferimos acoger a un tipo poco atractivo para ayudarles antes que recibir a un premio Nobel de la Paz que llegue por barco”, aseguró.

Australia aplica una política muy restrictiva hacia los migrantes, denunciada por los defensores de los derechos humanos, pero que, según el Gobierno, permite salvar vidas.

Su Marina rechaza sistemáticamente los barcos de clandestinos, y quienes logran alcanzar sus costas son enviados a centros de internamiento fuera de Australia, como el de Manus, en Papúa Nueva Guinea. Aunque su petición de asilo se considere como legítima, no se les autoriza a instalarse en el país.

Turnbull se refirió este viernes a una conversación “franca y educada” con Trump y defendió su contenido con las siguientes palabras: “en ese ámbito, nuestra relación con Estados Unidos es una relación de asistencia mutua. Así que ayudamos a los estadounidenses y ellos nos ayudan”.

El primer ministro también trató de restarle importancia a la propuesta que le hizo a Trump de acoger a un número reducido de personas, a pesar de que el acuerdo preveía la llegada de cientos de refugiados a Estados Unidos.

“No están obligados a acoger a quienes no deseen”, le dijo al presidente estadounidense.