Esta previsto que el jueves 6 de julio un asesino -de doble nacionalidad húngara y estadounidense- reciba una inyección letal en Virginia, Estados Unidos. Sin embargo, miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) piden que la medida sea revocada, aduciendo que el condenado a muerte padece una enfermedad psiquiátrica.

William Morva, de 35 años, cumple condena por asesinato. Fue encarcelado en 2000 por un intento de robo a mano armada y en agosto de 2006, mientras se encontraba en un hospital para ser cuidado de unas heridas leves, golpeó al policía que lo vigilaba, tomó su arma y disparó a un guardia de seguridad, causándole la muerte.

Al día siguiente, en una persecución en el campus universitario de Virginia Tech, mató de un disparo a otro policía.

Por lo anterior, fue condenado a muerte en 2008, a pesar de que dos médicos le diagnosticaron desórdenes de tipo esquizofrénico.

Preocupación de la ONU

Dos responsables de la ONU, varios legisladores y la mayor organización estadounidense de defensa de los derechos civiles, ACLU, pidieron que Morva se beneficie de una medida de clemencia.

“Estamos profundamente preocupados por informaciones que sugieren que el primer juicio de Morva no respetó las reglas de equidad”, señalaron en un comunicado Agnes Callamard y Dainius Puras, expertos de la ONU sobre ejecuciones arbitrarias y el derecho a la salud física respectivamente.

Además, varios legisladores han solicitado al gobernador demócrata de Virginia, Terry McAuliffe, que intervenga.

“Estamos inquietos por el deterioro de su condición psico-social”, puntualizaron los expertos de la ONU, denunciando como una “forma de discriminación” la ausencia del ingreso del paciente en un centro de asistencia psiquiátrica.