El independentista puertorriqueño Óscar López Rivera quedó en libertad en San Juan este miércoles tras pasar más de tres décadas en prisión por cargos vinculados al terrorismo, luego de que en enero el entonces presidente estadounidense Barack Obama conmutara su pena.

“Quiero que nuestro pueblo sepa que hoy puedo afirmar que mi espíritu, mi honor y mi dignidad están incólumes, que me siento vivito y coleando”, dijo López Rivera, de 74 años, en una conferencia de prensa frente a una playa en San Juan.

Considerado héroe por unos y terrorista por otros, el expresidiario vestía de negro y llevaba una bandana en la cabeza con la bandera de Puerto Rico.

López Rivera cumplía una pena de 55 años de prisión desde 1981, a la que se sumaron otros 15 años en 1988, por conspiración, transporte de armas y municiones ligados a su involucramiento con el grupo nacionalista Fuerzas Armadas de Liberación Nacional Puertorriqueña (FALN).

Pero el 17 de enero, tres días antes de entregar el poder a Donald Trump, Obama conmutó su pena hasta este miércoles, como parte de un decreto en el que el mandatario recortó las sentencias de 209 personas y perdonó a 64.

En sus primeras palabras a la prensa, agradeció al expresidente Obama y manifestó su apoyo al gobierno de Venezuela.

“Quiero expresar mi gratitud al gobierno venezolano y a todos los venezolanos que defienden la revolución bolivariana”, señaló, seguido de palabras de simpatía hacia los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Bolivia.

Más tarde sostuvo un diálogo telefónico con el presidente Nicolás Maduro, donde afirmó que el pueblo venezolano debe ser quien “defina el destino” de su país, y “no Estados Unidos ni ningún otro poder”.

“Gran ser humano”

Puerto Rico es un estado libre asociado de Estados Unidos, un estatus que le da a sus habitantes la ciudadanía norteamericana, pero les impide votar en las elecciones nacionales o tener escaños en el Congreso en Washington.

“La política de privatización se ha estado promoviendo en Puerto Rico por casi tres décadas”, dijo, criticando la junta de control fiscal que impuso Washington sobre San Juan con el fin de lidiar con la deuda de la isla, cuyo gobernador pidió acogerse en bancarrota a principios de este mes.

Cumplía prisión domiciliaria en la vivienda de su hija en San Juan desde que fue transferido a la isla a raíz de la clemencia de Obama. Salió de la casa acompañado por la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, y vitoreado por sus seguidores.

Su libertad era una petición constante de parte de los independentistas puertorriqueños. El cantante René Pérez, conocido como “Residente”, había pedido su liberación numerosas veces.

“Un honor haber compartido con este gran ser humano. Un héroe para los boricuas que quieren a su patria tanto como a su madre”, escribió Pérez en su cuenta en Instagram, junto a una foto de él y López Rivera sentados en un sofá.

En marzo del año pasado, el discurso en San Juan del rey de España, Felipe VI, fue interrumpido porque el cineasta puertorriqueño Pedro Muñiz lanzó al auditorio una arenga a favor del independentista.

Una visita de Obama a la isla en 2011 también estuvo empañada por protestas de parte de los independentistas, que pidieron la liberación de los que políticos presos, entre ellos Óscar López Rivera.

López Rivera estuvo preso en varias prisiones en Estados Unidos hasta ser trasladado a San Juan.

Nació en Puerto Rico en 1943 y se mudó en su juventud a Chicago, donde comenzó su actividad subversiva por la independencia de la isla.

De acuerdo al Museo de Historia de Chicago, el FALN reivindicó más de 120 bombardeos en edificios en Chicago, Nueva York y Washington DC, en los que murieron seis personas.

El puertorriqueño fue hallado culpable entre otros crímenes de “conspiración sediciosa”, y su pena alargada luego por intentar escapar.