Estados Unidos anunció el despliegue de su sistema antimisiles en Corea del Sur luego de que el régimen norcoreano disparara una salva de misiles, destinada según Pyongyang a ensayar un eventual ataque contra bases norteamericanas en Japón.

Según un responsable norteamericano, en total cinco misiles balísticos fueron disparados el lunes por Corea del Norte: uno de ellos se estrelló en la Península de Corea y los otros cuatro cayeron en el Mar de Japón.

Fuentes estadounidenses y surcoreanas indicaron que no fueron misiles balísticos intercontinentales (ICBM) como los que Pyongyang busca dotarse para alcanzar a Estados Unidos.

Se trataría más bien de misiles balísticos de menor alcance, inspirados en los misiles de la era soviética Scud, según las fuentes.

El líder norcoreano Kim Jong-un ordenó y supervisó el disparo de los misiles por una unidad de artillería, indicó la agencia norcoreana KCNA.

El objetivo era entrenarse para “golpear a las bases de las fuerzas imperialistas estadounidenses de agresión en Japón, en caso de que sea necesario“. Tres de los proyectiles cayeron cerca de las costas de Japón, dentro de las 200 millas de su zona económica exclusiva, según Tokio.

La ONU se reúne el miércoles

El incidente llevó a Estados Unidos y Japón a solicitar una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, que se celebrará el miércoles, anunció la delegación norteamericana.

El presidente norteamericano Donald Trump expresó el lunes el “compromiso inviolable de Estados Unidos de estar junto a Japón y Corea del Sur de cara a las serias amenazas planteadas por Corea del Norte”, dijo la Casa Blanca en un comunicado.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó el lanzamiento de misiles. “Acciones como esas violan las resoluciones del Consejo de Seguridad y minan gravemente la paz y la estabilidad regional”, dijo.

Reacción de Trump

Kim Jong-Un intenta desarrollar un misil balístico intercontinental capaz de llegar hasta Estados Unidos, algo que según advirtió hace meses Trump “no sucederá”.

Trump enfatizó el lunes que su gobierno “está dando los pasos para mejorar aún más nuestra capacidad para disuadir y defendernos de los misiles balísticos de Corea del Norte, usando toda la gama de medios militares de Estados Unidos”, indicó la Casa Blanca en un comunicado.

El mes pasado, Pyongyang había lanzado un misil balístico –el primero desde octubre de 2016– que según Seúl estaba destinado a poner a prueba la respuesta de Trump.

Washington ha advertido en varias oportunidades que no tolerará que Corea del Norte acceda al arma nuclear. Estados Unidos presiona además a China, principal aliado y socio comercial de Corea del Norte, a hacer lo máximo para controlar a su país vecino.

Escudo antimisiles de EEUU

El presidente interino surcoreano, Hwang Kyo-Ahn dijo tras una reunión del Consejo de Seguridad Nacional ser partidario del “rápido despliegue” del sistema de defensa antimisiles norteamericano THAAD, una medida que irrita particularmente a China.

Horas más tarde, tras una conversación telefónica entre Trump y Kyo-Ahn, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos anunciaron que el despliegue se había iniciado. El Terminal High Altitude Area Defense (THAAD) contribuirá “a un sistema de defensa antimisiles y aumentará la defensa de la alianza entre Estados Unidos y Corea del Sur contra las amenazas de misiles de Corea del Norte”, señaló el Comando del Pacífico norteamericano en un comunicado.

Aseguró que el escudo antimisiles cumple “una función estrictamente defensiva y no plantea ninguna amenaza para otros países de la región”.

Seúl y Washington iniciaron la semana pasada una serie de ejercicios militares conjuntos que también enfurecen a Pyongyang porque los considera como ensayos de una eventual invasión.

Las resoluciones de la ONU prohíben a Corea del Norte el uso de cualquier tipo de misil balístico.

Sin embargo, seis paquetes sucesivos de sanciones impuestos por la ONU desde un primer ensayo nuclear norcoreano en 2006 no han logrado disuadir a Pyongyang de seguir adelante con su programa.