El Pentágono admitió que diversos errores de inteligencia y “factores humanos” resultaron en un ataque que la coalición encabezada por Estados Unidos realizó en septiembre contra fuerzas aliadas al gobierno sirio.

Hubo “errores en el desarrollo de inteligencia, así como oportunidades perdidas por miembros de la coalición para tomar decisiones”, expresó el Comando Central militar tras seis semanas de investigaciones sobre el ataque del 17 de septiembre cerca de Deir Azzor.

“En este incidente cometimos un error lamentable no intencional, a raíz de factores humanos en diversas áreas”, apuntó el brigadier general Richard Coe, que condujo las pesquisas.

La coalición encabezada por Estados Unidos tenía como prioridad realizar ataques contra posiciones del grupo radical Estado Islámico en Siria e Irak, pero terminó bombardeando a fuerzas aliadas al régimen sirio.

Aviones de Australia, Dinamarca, Reino Unido y Estados Unidos participaron del ataque aéreo.

Fuentes como el Observatorio Sirio de Derechos Humanos afirman que por lo menos 90 personas murieron en el ataque, aunque el Pentágono informó que las investigaciones realizadas permitieron confirmar 15 soldados muertos.

Una de las fallas más importantes fue la errónea identificación de un vehículo sirio como perteneciente a las fueras del Estado Islámico.

De acuerdo con el Pentágono, los combatientes no utilizaban uniformes militares de fácil reconocimiento ni insignias.

Otra falla se verificó ante una llamada desesperada realizada por fuerzas rusas para alertar que la coalición estaba atacando fuerzas sirias y al Estado Islámico.

Esa llamada fue sometida a un retraso de 27 minutos porque el oficial que normalmente actuaba como enlace con las fuerzas rusas no estaba disponible. En ese lapso se realizó la mitad de los 32 ataques de ese día.